¿Y ahora qué?

contra tus problemas, la voluntad de Dios, por la bendición,

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Atención a todos los que están participando en esta Campaña de Israel. 

Aquí hay algo importante que debes entender: “El enemigo es inteligente y va a usar todas sus armas para tratar de detener que tomes posesión de las promesas de Dios”

¡Miedo, dudas y autocomplacencia! Estas son sus armas favoritas.

Antes de subir al altar para presentar nuestro sacrificio, utiliza las dudas, tales como: “He visto los testimonios, pero ¿será que eso ocurrirá en mi vida?” ¿Y si no es la voluntad de Dios para mí?” y la lista sigue…

También utiliza el miedo: “¿Cómo voy a pagar mis facturas?”, “No quiero hacer un voto que no pueda cumplir”, “Voy a dar lo que creo que puedo, y ¡Dios lo va a entender!” El intenta hacer esto con cualquiera que sabe que tiene el potencial de transformar su vida. Quizás ya consiguió detenerte a ti, que estás leyendo este mensaje ahora mismo.

Aquellos que están realmente cansados e indignados con su situación NO SERÁN derrotados por las murallas del miedo y de las dudas. Aunque estas armas los ataquen, van a usar su fe.

Sin embargo, el diablo, que nunca desiste, seguirá intentándolo hasta su último respiro.

Entonces ¿Qué hace después?

Él dice “Puede que no le haya impedido que presentara su sacrificio a Dios en el altar pero tengo que encontrar la manera de impedirle que vaya a por la bendición para que se olvide de lo que pidió. ¡También podría darle una ‘bendición pequeña’ para que pueda contentarse y se olvide del gran premio!”

Y es ahí donde está el peligro. Evita la autocomplacencia a toda costa.

La Campaña de Israel no termina el día que presentas tu sacrificio. No acaba en el momento en que la muralla se derrumba. Todo lo contrario, eso es tan solo el comienzo. Solo se acaba el día que regreses al altar para dar tu testimonio.

Es por esto que es ahora la hora de hacer lo que hizo Josué – remángate y vete a por lo que quieres.

Recuerda: has hecho  (o estás haciendo) tu sacrificio para incluir a Dios en la lucha contra tus problemas, pero todavía tienes que hacer tu parte.

Es hora de ir y conquistar. ¡El Señor está contigo! Solo sé fuerte y muy valiente. Que

Dios te bendiga en abundancia.

Obispo Celso Junior
bpcelsojunior.com
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