Vamos a no ser indiferentes

la Casa de Dios, no seas indiferente, por toda la nación,

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‘Entonces Mardoqueo les dijo que respondieran a Ester: No pienses que estando en el palacio del rey sólo tú escaparás entre todos los judíos. Porque si permaneces callada en este tiempo, alivio y liberación vendrán de otro lugar para los judíos, pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para una ocasión como ésta tú habrás llegado a ser reina? Y Ester les dijo que respondieran a Mardoqueo: Ve, reúne a todos los judíos que se encuentran en Susa y ayunad por mí; no comáis ni bebáis por tres días, ni de noche ni de día. También yo y mis doncellas ayunaremos. Y así iré al rey, lo cual no es conforme a la ley; y si perezco, perezco.”’’ (Ester 4.13-16)

El resto de la historia continua así: la Reina Ester fue ante el rey y no la mató. En vez de eso, se escribió un nuevo decreto para anular el anterior. Cuando se expidió el nuevo decreto, se hicieron copias y se esparcieron por toda la nación para que los judíos no fueran exterminados. En el día que el enemigo debería haber destruido al pueblo de Dios, sucedió lo contrario.

¿Qué nos quiere decir Dios con esto hoy en día? La palabra: ‘indiferencia’. Dios no quiere que sigamos siendo indiferentes. Quiere que tengamos el mismo espíritu que tenía la Reina Ester, quien puso de lado la seguridad y la comodidad del palacio y se preocupó por aquellos que estaban a punto de perecer.

De manera similar, nosotros estamos a salvo en el palacio, en la casa de Dios. Pero ¿y aquellos que no vemos? ¿Aquellos necesitados y quizás al borde del suicidio? Quizás no los conozcamos, pero Dios sí los conoce. Él está indignado todos los días porque ve todo lo que está pasando. Él ve a personas yendo al infierno todos los días. Y está buscando a Esteres – personas que no sean indiferentes, para esparcir las noticias a aquellos que están sufriendo, para decirles que pueden ser liberados y su salud, matrimonio y familias pueden ser restauradas. Cuando Dios encuentra a estas personas, los usa de una manera mayor de la que puedo expresar, revoluciona sus vidas.

A partir de hoy, no seas indiferente. Asume tu puesto como ganador de almas. Concéntrate en salvar almas. Si todos hacen esto, veremos algo que nunca antes hemos visto en nuestras vidas.

Obispo Alvaro Lima

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