Los investigadores de la Clínica Mayo publicaron un comentario en su sitio web después de una extensa investigación y concluyeron que “la mayoría de los estudios han demostrado que la participación religiosa y la espiritualidad están asociadas con mejores resultados de salud, incluida una mayor longevidad, habilidades de afrontamiento y calidad de vida relacionada con la salud (incluso durante una enfermedad terminal) y menos ansiedad, depresión y suicidio”.
El estudio de la Biblioteca Nacional de Medicina, publicado en 2012, concluyó que las personas que practican una fe suelen ser más optimistas ante la adversidad, ya que creen que Dios está ahí para guiarlos. El Dr. Harold Koenig de la Universidad de Duke explicó que cuando las personas oran y le piden guía a Dios, sienten que tienen el control de su propia situación, lo que les ayuda a sobrellevar la depresión y la ansiedad.
Betina Adjei cree que es una personificación viva de cómo la fe puede ayudar a una persona a superar una crisis de salud. Adjei, que sufría de un dolor abdominal intenso que la mantuvo dentro y fuera de los hospitales durante tres meses, explica: “Desarrollé una úlcera estomacal por primera vez en 2017 que me mantuvo dentro y fuera del hospital durante unos meses.
El dolor se fue, y después de esto, comencé a tomarme más en serio a Dios y mi fe, pero justo cuando comenzaba a seguir realmente Su palabra, en septiembre de 2018, el dolor volvió mucho peor que la primera vez. Era tan malo que ni siquiera podía levantarme o caminar, sentía como si algo me estuviera carcomiendo por dentro.
Era muy desalentador, pero nunca cedí a ese sentimiento. Yo ya estaba asistiendo a la Iglesia Universal en ese momento y, para mi, recurrir a Dios no solo me motivó para seguir creyendo que puedo mejorar sino que también usé mi fe como complemento al tratamiento médico que estaba recibiendo.
Usaba el agua que había sido bendecida y la bebía con mi medicación y oraba pidiendo la Intervención Divina de Dios. Asistí a las reuniones decidida a mejorar. Recuerdo orar a Dios todos los días diciéndole la razón por la que no podía aceptar un cuerpo enfermo: quería que Él me usara para ayudar a otras personas.
En octubre de 2018 tuve mi último examen y todo salió bien. ¡De allí a un mes, me sentí libre! Creo firmemente que mis oraciones y acciones de fe me ayudaron a superar esa difícil situación, porque creo en un Dios que nunca falla”.
¿Se identifica con la historia de Betina? ¿Cree que usted también podría beneficiarse de las oraciones y el apoyo espiritual que se ofrecen en las reuniones del Día de la Sanación? Si dice que sí, ¿por qué no se une a nosotros hoy a las 7:30pm en su Iglesia Universal más cercana?
Tenemos reuniones semanales todos los martes a las 7am, 10am, 3pm y 7:30pm (Solamente en inglés).
Tenga en cuenta que el consejo espiritual de la Iglesia Universal debe verse como un complemento al tratamiento científicamente probado que pueda estar recibiendo. La Iglesia Universal no pretende curar a las personas, pero cree que Dios puede hacerlo mediante el poder de la fe. Siga siempre las instrucciones de su médico.
Fuentes:
https://www.forbes.com/sites/nicolefisher/2019/03/29/science-says-religion-is-good-for-your-health/
https://www.mayoclinicproceedings.org/article/S0025-6196(11)62799-7/pdf
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1380930/
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