¿Te sientes ansioso?

La ansiedad es una experiencia humana común. Puede surgir en muchas situaciones, ya sea que te enfrentes a una gran decisión de vida, lidies con presiones financieras o manejes relaciones difíciles.

Las incertidumbres de la vida a menudo nos dejan sintiéndonos abrumados e inseguros sobre el futuro.

Tomemos como ejemplo una tragedia reciente en el Aeropuerto Pearson de Toronto, donde el avión se estrelló en la pista, lo que provocó que los equipos de emergencia acudieran rápidamente para extinguir las llamas que rodeaban al avión volcado. Afortunadamente, todos los que estaban a bordo del vuelo de Delta desde Minneapolis sobrevivieron al accidente. Si bien algunos pasajeros sufrieron heridas leves, no hubo víctimas mortales. Este tipo de incidentes refuerzan los miedos que muchas personas tienen sobre volar. Pero más allá de los viajes aéreos, la ansiedad es evidente en varios aspectos de la vida.

Muchas personas experimentan una angustia similar en diferentes áreas:

  • Carrera y finanzas: la inseguridad laboral y la inestabilidad financiera pueden provocar noches de insomnio y preocupación constante.
  • Preocupaciones de salud: la incertidumbre sobre los diagnósticos médicos o el bienestar personal puede generar angustia.
  • Relaciones: Las relaciones tensas, los malentendidos o las pérdidas pueden generar problemas emocionales.
  • Transiciones de vida: Mudarse a un nuevo lugar, cambiar de carrera o formar una familia pueden desencadenar el miedo a lo desconocido.

¿Cómo podemos manejar estos sentimientos y encontrar paz en medio de la incertidumbre?

Considera las palabras del Señor Jesús:

“Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.” (Mateo 7:24-25).

En este pasaje, la casa simboliza a la persona que escucha sabiamente las palabras de Jesús y las aplica. Al hacerlo, establece un fundamento firme, que no se ve afectado por las tormentas de la vida. La palabra de Dios brinda estabilidad, seguridad y paz en todas las situaciones.

La siguiente parte de la escritura dice:

“Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena;  y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción.” (Mateo 7:26-27).

Esto ilustra que el simple hecho de escuchar la Palabra sin aplicarla nos deja vulnerables a los desafíos de la vida. El conocimiento por sí solo no es suficiente, hay que ponerlo en práctica. La fe no se construye simplemente escuchando, sino viviendo de acuerdo con las enseñanzas de Dios.

A medida que absorbes Sus enseñanzas, tu fe se fortalece y encuentras paz en Sus promesas. La palabra de Dios trae paz a todas las áreas de la vida. Cuando haces de la palabra de Dios tu fundamento, el miedo pierde su dominio, la tranquilidad toma su lugar y tienes la seguridad de la protección y guía divina en cada situación.

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Fuente:
https://edition.cnn.com/2025/02/17/us/toronto-plane-crash-passengers/index.html?iid=cnn_buildContentRecirc_end_recirc