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Se ama pero no te ama

a mí misma, no les gusta escuchar, todo lo contrario,

 

love-less-inMe puse muy feliz al leer los comentarios de las lectoras que se dieron cuenta de su situación cuando leyeron el artículo que publiqué el lunes, “Ella se ama menos”.

Somos generosas por naturaleza. Somos madres por naturaleza. Siempre estamos dispuestas a dar y a servir a otros y es tan admirable y aceptable que el Señor Jesús dijo:

Dad, y os será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis, se os volverá a medir.”(Lucas 6:38)

Y es así como solía pensar, incluso cuando me amaba a mí misma menos que a mi marido. Pensaba que si le entregaba más de mí, el me daría de él mismo por igual, así como está escrito en este versículo bíblico.

Hasta aquí todo bien. No hay nada de malo en darle lo que tienes a tu vecino, de hecho, deberías darle lo que tienes a tu vecino pero no hasta el punto de hacerte daño ni desvalorándote. Y eso es lo que yo solía hacer, y muchas mujeres todavía lo hacen. Se entregan tanto que acaban por hacerse daño. Conozco a mujeres que quieren ayudar tanto a otros que acaban teniendo problemas de salud. Y al final no ayudan a nadie, ni siquiera a sí mismas.

Pero hay otro tipo de mujeres (no sé si te diste cuenta) que cuanto más recibe más quiere.  Es como esa frase famosa, les das una mano y cogen el brazo entero. Estas mujeres nunca están satisfechas y si las quieres complacer, te morirás intentándolo. Ellas no tienen el problema de amarse a sí mismas menos, todo lo contrario, no aman a nadie mas que a ellas mismas.

La vida se envuelve alrededor de sus necesidades. Tienen que estar de primeras en la agenda de los demás. No aceptan un ‘no’ por respuesta, quieren las cosas a su manera y ya. Quieren la atención de todos también, y si alguien más es el centro de atención, se llenan de odio en su interior. Comienzan a ver a esas personas con malos ojos, tratan de encontrar errores en la persona que tiene la atención que, supuestamente, le pertenece a ellas.

Estas son las personas que no les gusta verte feliz. Si tuvieran que comprarte un regalo, comprarían algo que ya tienen o que ya no quieren. Les gusta la competición, si te vistes bien, quieren vestirse mejor que tu… si tienes novio, ellas quieren estar comprometidas… También les gusta dirigir las conversaciones, no les gusta escuchar a cerca de la vida de nadie más pero quieren que todos escuchen las de ellas.

Las mujeres que se aman a sí mismas pero no aman a su vecino son egoístas. Les resulta difícil encontrar amigas de verdad porque ni ellas mismas son buenas amigas. Se sienten solas, pero prefieren creer que es mejor sola que mal acompañada, ya que nadie merece su amistad. De hecho, ellas son las que no se merecen la amistad de nadie.

Cristiane Cardoso
cristianecardoso.com/es

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