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Muchas mujeres se enfrentan a muchas dificultades como resultado de una sola cosa: la falta de capacidad para juzgar lo más preciso como sea posible, entre el bien y el mal.
Pues bien, en el 8º seminario de la excelencia que tuvo lugar el domingo, 21 de agosto descubrimos acerca de esta gran capacidad que les falta a muchas mujeres… si, eso es, discernimiento.
La Sra. Claudia Brito, la presentadora del seminario, compartió lo siguiente:
“Discernimiento es crucial si queremos tener un espíritu excelente para ser reconocidas por Dios e incluso para hacer la obra de Dios.”
Después dio ejemplos de la vida real y enseñanzas para ilustrar la falta de discernimiento que muchas mujeres demuestran en diferentes aspectos de su vida. Por ejemplo:
La mujer que desanima a su marido y a sus hijos con sus propias palabras, como resultado de no elegirlas sabiamente y después no entiende porque no se desahogan con ella (Proverbios 14:1);
La joven ingenua con el corazón roto que se entregó al chico porque no pudo discernir que la atención que le daba era tan solo para conseguir una cosa de ella. (Proverbios 14:15);
La señora que se viste y actúa de manera indiscreta y no entiende por qué no la valoran como debe ser, porque no puede discernir que le está dando razones a los demás para que no la valoren (Proverbios 11:22).
Una mujer excelente entiende que, a pesar de que todo lo puede, no todo le beneficia (1 Corintios 62). Este es el poder del discernimiento.
Quizás hayas dado una mala impresión de ti misma y, como consecuencia, te das cuenta de que no tienes muchos amigos cercanos, tienes problemas en el trabajo o en casa con tu familia. Todo esto puede que se deba a la falta de discernimiento.
“Más vale el buen nombre que las muchas riquezas.” (Proverbios 22:1)
Si quieres que las personas te valoren como eres, necesitan ver que posees esta calidad. Solo Dios puede ver tu interior; pero tu apariencia, comportamiento y otras elecciones visibles que haces hablan un montón de ti, y les dice a las personas si deberían respetarte o no.El discernimiento también se relaciona con nuestra vida spiritual. Muchos desistieron de su fe porque les falta esta herramienta y no pudieron discernir que su relación con Dios se estaba enfriando cada vez más, aunque tuvieran el Espíritu Santo.El discernimiento es una cuestión de sabiduría, es utilizar la inteligencia sobre las emociones.
Entonces, puedes añadir este paso a tu lista de la excelencia, y únete a nosotros el domingo, 17 de septiembre, a las 16h, donde descubriremos el 9º paso hacia la excelencia. ¡No te lo pierdas!
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