Realizando un cambio

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¿Alguna vez has comprado un producto y en cuanto llegaste a casa te diste cuenta que no funcionaba bien? Bueno, a mí me  pasó y es muy probable que a ti también te haya pasado.

¿Qué haces después? ¡Depende!

Si el producto era muy barato, probablemente ni te inmutas pero no volverías a comprar nada en esa misma tienda.

¿Qué harías si el producto es muy caro y muy importante para ti?

Regresarías a la tienda lo antes posible y les pedirías que lo cambiasen o que te devolvieran el dinero.

¿Qué hace el vendedor cuando le dices que quieres cambiar el producto?

En primer lugar, te pregunta que tiene de malo y luego te pide el recibo como prueba de compra y, por supuesto, le tienes que devolver el producto para poder cambiarlo.

Ahora, imagínate que le cuentas a la persona lo que tiene el producto de malo, le muestras el recibo original de compra pero no tienes el producto contigo para dárselo a cambio de uno nuevo.

¿Te ayudarían igual? ¡Claro que no!

¡Para que te vayas de la tienda con un producto nuevo tienes que devolver el que no funciona sino no hay trato!

Muchos cristianos hoy desean tener una vida completamente nueva ya que ven que la vida actual no ‘funciona muy bien’ pero el problema está en que:

1. No pueden presentar el recibo adecuado: Se niegan a presentar el sacrificio necesario para que puedan decir “sacrifiqué por este producto (una vida nueva) y por lo tanto tengo el derecho de recibirla sin defectos”
2. No quieren devolver el ‘producto viejo’: a pesar de que la manera en la que viven sus vidas y las decisiones que toman no les funcionan, se niegan a entregar esa vida para cambiarla por una nueva.

Si no puedes presentar el recibo (la prueba del sacrificio) ni entregar el producto viejo (cambiar tus viejas costumbres), entonces no puedes tener el nuevo a cambio (Una vida transformada)

‘Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna.’ (Marcos 10:29 -30)

La Campaña de Israel ya viene.

¡ALBADO SEA DIOS POR ESTA NUEVA OPORTUNIDAD!

Que Dios te bendiga en abundancia.

Obispo Celso Junior
bpcelsojunior.com
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