¿Quién estaba a bordo del submarino Titán?

OceanGate

La Guardia costera de los Estados Unidos confirmó las trágicas muertes de los miembros de la tripulación que estaban a bordo del submarino Titán, el cual tuvo como objetivo realizar un recorrido turístico entre los restos del barco Titanic. La enorme presión del agua marina causó la implosión del submarino. Por consiguiente, los expertos consideran que las muertes fueron inmediatas.

A través de las redes sociales, las personas, en general, estaban sorprendidas por la falta de seguridad que claramente presentaba el submarino. Para comenzar, la forma del casco con cola contrastaba con la tradicional forma esférica utilizada por los submarinos que navegan en aguas tan profundas (lo que influye en la relación de la presión del agua contra el submarino).

Otro detalle, que se discutió ampliamente fue el mando de control de videojuegos utilizado para conducir la embarcación. Quizás, la cuestión principal de esta tragedia es el hecho de que la tripulación eran hombres experimentados y económicamente ricos, pero aún así, decidieron seguir hacia delante en un viaje extremadamente arriesgado, con el precio de 250 mil dólares por persona.

Los turistas eran Hamish Harding, presidente de la compañía de aviones privados Action Aviation, Shahzada Dawood, vicepresidente paquistaní del conglomerado Engro Corporation, quien estaba acompañado por su hijo, Suleman. El equipo técnico estaba formado por Paul-Henry Nargeolet, un explorador francés, y Stockton Rush, el director ejecutivo de OceanGate Expeditions.

Es un hecho curioso que, en 1912, el Titanic experimentó una tragedia en esa región, y que 111 años después (con toda la tecnología y el conocimiento) el error humano se repitió nuevamente (ahora, con el submarino Titán). Los seres humanos tienden a creer que pueden escapar de los riesgos de que algo malo suceda. Es esa vieja historia: “Esto nunca me sucederá a mi”. Y, en el sentido espiritual, no es diferente.

En general, las personas piensan: “Yo no voy a morir ahora” o “cuando esté cerca de la muerte encontraré la manera de hacer lo correcto con Dios”. Sin embargo, esta oportunidad puede que nunca suceda. Somos frágiles, la vida es un suspiro, según la Biblia: “[…] Solo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece.” (Santiago 4:14).

Acérquese a Dios mientras haya tiempo, busque Su presencia, comprenda cuales son Sus deseos para su vida, y obedézcalo ya que Él siempre sabe lo que es mejor para todos nosotros.

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