Los investigadores dividieron a 280 participantes en grupos y les asignaron una tarea que los llevaba a recordar sentimientos de ira, tristeza, ansiedad y neutralidad durante 8 minutos.
Los investigadores descubrieron que las tareas que motivaban tristeza y ansiedad, no presentaban cambios significativos en los vasos sanguíneos. Sin embargo, la ira provocó cambios considerables.
Los resultados mostraron que como resultado de la isquemia (flujo inadecuado de sangre y oxígeno) causada por el sentimiento de ira en el cuerpo, la dilatación de los vasos sanguíneos era más difícil.
La ira también afectó a los marcadores celulares de lesión y la habilidad de recuperarse por sí mismos.
A pesar de las consecuencias problemáticas de sentir ira, tu pregunta en este punto debería ser: “¿Qué hacer cuando te enfrentas a la ira?”
Primero, comprende que la ira es una emoción natural y los seres humanos no pueden evitarla por completo.
Según la ciencia, la mejor forma de afrontarlo es saber procesar este sentimiento, mediante ejercicios, medicación y tratamientos psicoterapéuticos conductuales. Sin embargo, negar la ira y no alimentarla, en la práctica, requiere un esfuerzo más profundo.
Nuestro Creador conoció desde el principio los desafíos al lidiar con la ira. Con ello, dejó consejos exclusivos sobre qué hacer ante ese tipo de sentimientos:
“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis oportunidad al diablo”. (Efesios 4:26-27)
En otras palabras, no respondas al sentimiento de ira de manera negativa, permitiendo que “fermente” en tu interior. En cambio, debes usarlo como una lección sobre cómo evitar que se repita el problema que causó tu enojo.
Sin embargo, la gran mayoría se deja llevar por el calor del momento y practica exactamente lo contrario. Es decir, permiten que la ira se convierta en resentimiento y amargura.
Alimentan ese sentimiento, recordando todo lo que les hicieron, lo cual les devora por dentro. Esto es para darle paso al diablo, preparando un lugar en tu corazón para que el mal habite.
Por tanto, la mejor manera de afrontar la ira y el dolor es el perdón.
Tu corazón puede gritar, querer aguantar y negarse a perdonar, pero tú puedes darle una orden: “Perdonarás”.
Por lo tanto, tómate un momento para reflexionar, evaluarte y limpiar tu corazón. Esto te hace verdaderamente libre.
Si necesitas ayuda para hacer esto, puedes contactarnos a través de nuestras líneas de ayuda 24 horas, habrá un Pastor disponible para ofrecerte consejo espiritual y una oración.
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Fuente: https://www.ahajournals.org/journal/jaha