de la misma manera, La Palabra de Dios, personas de la iglesia,
A todos en la iglesia les gustaría pasar la eternidad con Dios, pero hay una diferencia entre contemplar la idea de ir y hacer que sea tu único propósito.
Las 10 vírgenes (Mateo 25) querían encontrarse con el novio. Sin embargo, entre las 10, cinco eran prudentes y cinco eran insensatas. Estas vírgenes representan a cualquiera que esté en la iglesia que conoce y escucha la Palabra de Dios.
Las cinco vírgenes prudentes se prepararon para su viaje y llevaron sus lámparas junto con extra aceite en caso de que se les acabara. Sin embargo, las cinco vírgenes insensatas no llevaron nada extra.
Pusieron el aceite (El Espíritu Santo) en el interior de las lámparas (nuestros cuerpos) para iluminar el camino. Y el error imprudente de las vírgenes insensatas les hizo pagar las consecuencias. Mientras las vírgenes dormían, se oyó el anuncio de que ya venía el Novio.
Dios no espera perfección de ninguno de nosotros. Hay veces que cometeremos errores. Pero Él espera que nos esforcemos en vivir nuestras vidas de acuerdo con Su voluntad, por lo que debemos estar preparados para el llamado inesperado, así como estaban las vírgenes prudentes.
Las cinco vírgenes insensatas no estaban preparadas. Cuando se dieron cuenta de que no tenían más aceite y las vírgenes prudentes les dijeron que no le prestarían del de ellas, fueron corriendo a comprar más. Pensaban que tenían tiempo. Y mientras trataban de buscar el aceite, las vírgenes prudentes se fueron con el Novio y la puerta se cerró tras ellas.
Muchas personas de la iglesia piensan que tienen mucho tiempo para adquirir el aceite, pero nadie sabe el día ni la hora que Jesús vaya a regresar.
Las cinco vírgenes insensatas trataron de entrar después de que la puerta se haya cerrado, pero el Novio no las conocía. Pasaron todo su tiempo en un viaje para encontrarse con El, solo para ser rechazadas.
De la misma manera, sería una vergüenza que te cierren la puerta en tus narices después de toda una vida en el camino de las salvación, sin ni siquiera adquirir el aceite.
“Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él.” (Romanos 8.9)
“Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora” (Mateo 25.13)
Si no has recibido el Espíritu Santo durante los 21 días del ayuno, ¡no desistas!
Obispo Celso Junior
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