Comunión con Dios, el mismo tiempo, el producto final, escuchar de Dios, meditar en la Biblia,
Cuando cocinas, se necesitan diferentes ingredientes para crear el producto final y cada uno de ellos es importante. Un bizcocho, por ejemplo. Puede que incluyas todos los otros ingredientes, pero sin harina, tu bizcocho saldrá muy diferente a lo que habías planeado.
Es lo mismo cuando lees la Biblia. Cada una de sus partes son importantes. Es bueno conocer cada una de ellas y vivir conforme a lo que está escrito, pero te beneficia mucho más cuando conoces toda la Palabra porque tienes un conocimiento más general. Y eso, bendecirá tu vida de una manera que ni te imaginas.
Después de todo, es Dios mismo quien dijo, “Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.” (Josué 1:8)
Hoy en día, desafortunadamente, solo unas cuantas personas siguen esta dirección. De hecho, se dice que la persona normal pasa 50 minutos al día en las redes sociales – casi el mismo tiempo que pasa comiendo y bebiendo. Sin embargo, solo 19 minutos por día lo pasan leyendo.
Como cristianos, somos muy conscientes de lo que vemos, escuchamos y pensamos acerca de alimentar nuestra alma. Entonces, ¿en qué te has estado concentrando últimamente? ¿de qué te has estado alimentando? Vamos a invertir en nuestra vida espiritual y a alimentar nuestra relación con Dios leyendo la Biblia.
Daniel es un gran ejemplo de alguien que invirtió tiempo en los que era más importante. Él dedicaba tres veces al día a orar y a invertir en su comunión con Dios. Como resultado, no solo tuvo algunas de las mayores revelaciones de Dios, sino que también tenía una fe firme.
Haremos lo mismo y todos los que quieran invertir en su espíritu son bienvenidos también.
De la misma manera, separaremos un tiempo para meditar en la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis. Va a ser todo acerca de menos ‘face’ y más ‘books’, no cualquier libro, pero la Palabra de Dios.
Cada día, meditarás en un capítulo y en sus versículos, tal y como se especifica en el Plan de Lectura Bíblica. Junto con el plan, leerás un Salmo al día durante 150 días, seguido de un Proverbio al día durante 30 días para concluir el plan. Vete señalando las cajitas para llevar un control.
Es imposible que esta meditación diaria de la Biblia – la Palabra que trae vida – no te cambie. La consistencia es importante. Ten ansias por escuchar de Dios cada día, y Él te revelará Sus secretos y te mostrará cosas que nunca antes percibiste. Prepárate a ser iluminado.
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