No hay un ejemplo a seguir

El ambiente, los jóvenes, nuestra sociedad, tener el Espíritu Santo, una vida infeliz,

 

Estas son las cosas que solemos escuchar de los jóvenes:

-Mi madre se viste como una chica de 18 años y se va de marcha todos los viernes por la noche.

-Mi madre siempre trae un hombre diferente a casa

-El teléfono de mi padre es una línea de chateo pornográfico

-Mi madre fuma

-Mi padre se emborracha casi todas las noches

-Puedo oler hierba tan pronto como entro en casa

-Mi padre le pega a mi madre

-Me concibieron cuando mi madre tenía 15 años

-Mi padre es un mujeriego

– A mi padre le cuesta pagar el alquiler y comprar comida, pero tiene dinero para comprar cigarros

-Mis padres están divorciados

Y la lista es interminable….

Quiero decir, algunos padres son maravillosos, modelos excelentes para sus hijos, pero no podemos decir lo mismo de todos ¿verdad? Algunos jóvenes dicen que “es el ambiente en el que nos criaron” – sobre todo aquellos que son miembros de pandillas y vienen de un hogar con dificultades. El ambiente en el que viven se convierte en la excusa que los lleva a comportarse así, y, en la mayoría de los casos, acaban formando la mentalidad y las ideas que tienen de la vida. Se contagian de las cosas que ven y experimentan, como semillas, y permiten que este mismo ambiente produzca raíces malas, y como resultado, una vida infeliz y de bandido. ¿Qué se puede hacer?

No quiere decir que porque ellos sean así, tú tengas que ser igual. Tienes que tener tu propia mentalidad y decidir tu propio futuro. ¡Tienes que tener tu propia fe! Decide que vas a ser el mejor estudiante, lograr las mejores cualificaciones, tener el mejor matrimonio, criar una familia de una manera positiva y de Dios y, sobre todo, tener el Espíritu Santo, el cual te ayudará a conseguirlo todo.

Los jóvenes de nuestra sociedad deben cambiar sus vidas de tal manera que sus familiares vean lo exitosos que son y sigan su ejemplo. Nunca deberías faltarle el respeto a tus padres porque siguen siendo tus padres y debes  respetarlos.  Por lo tanto, ten tu propia mentalidad y tu propia fe. ¡El destino de tu vida está en tus manos, no en las de ellos!

 

Miguel Lacerda

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