¿A qué extremo llegaría usted por un trabajo que realmente desea? ¿Se pararía fuera de las estaciones anunciando sus habilidades con un enorme cartel para llamar la atención de empleadores potenciales mientras entrega su currículo? Esto fue exactamente lo que hizo Dharamveersing Seegolam. Siga leyendo para ver cómo cambió la narrativa y pasó de estar desempleado a empleado.
“Durante el confinamiento, me sentí atrapado entre las cuatro paredes de mi casa y luchando económicamente para sobrevivir porque había perdido mi trabajo en la empresa minorista en la que trabajaba. Después de forcejear durante tanto tiempo, este aislamiento forzado me dio tiempo para finalmente detenerme y hacer un autoanálisis. Lo que descubrí fue decepcionante: mi vida no había avanzado. Habían pasado años desde que llegué al Reino Unido y no estaba ni cerca del “nuevo comienzo” que esperaba.
Como la mayoría de las personas, quería tener éxito, pero no siempre tomaba las decisiones correctas. En mi país de origen, la Isla Mauricio, mi primer encuentro con la policía fue en la casa de mis padres. La imagen de joven respetado que tenían de mí se desvaneció en el acto. La doble vida que estaba viviendo había sido expuesta. Estaba tan petrificado que, aunque no era religioso, ese día me encontré prometiéndole a Dios que cambiaría si me ayudaba a salir de esa situación. Pero, tan pronto como se abandonó el caso, volví a mis viejas costumbres. No pasó mucho tiempo hasta que volví a meterme en problemas y tuve un segundo caso en mi contra. O termino en prisión o decido cambiar. Empaqué una maleta y decidí ir solo al Reino Unido para comenzar de nuevo y hacer algo por mí mismo”.
Dharamveersing deseaba conseguir un trabajo en contabilidad y construir una vida cómoda para sí mismo. Mientras trabajaba para lograr esto, consiguió un trabajo en el comercio minorista. Un día, mientras se dirigía al trabajo, entabló una conversación con alguien que lo invitó a asistir a una reunión de domingo en la Iglesia Universal.
“Era nuevo en el país y no conocía a nadie, así que asistí a uno de las reuniones al día siguiente. Lo que me intrigó fue que durante la predicación, era como si cada palabra que hablaba el pastor fuera para mí. ¡Regresé al día siguiente también y he estado yendo desde entonces! Han pasado más de 10 años.
Seguí adelante porque aquí es donde realmente me desafiaron a cambiar. Para ser honesto, el éxito que he logrado comenzó cuando comencé a cambiar por dentro. No me parecía en nada al chico de la Isla Mauricio que constantemente huía de la policía.
Empecé a presentar mis planes financieros a Dios en oración y después del confinamiento, asistía a las reuniones de los lunes con un propósito claro y definido, que era algo que nunca había hecho antes.
Poco después, me inspiró la idea de pararme afuera de diferentes estaciones de metro en Londres, con mi currículo y un cartel que informaba a los posibles empleadores sobre mis credenciales contables. Llamé tanto la atención que los transeúntes pedían sacarse fotos conmigo para compartir en sus redes sociales. Antes de que me diera cuenta, mi foto se volvió viral y recibí un bombardeo de llamadas de compañías de contabilidad invitándome a entrevistas.”
Con su pie a centímetros de la puerta de la contabilidad, Dharamveersing tenía un obstáculo más que superar: quién estaría dispuesto a elegirlo entre los candidatos más calificados.
“Una de las cosas que aprendemos en las Reuniones Financieras de los lunes en la Iglesia Universal es a ser audaces. Se me ocurrió la idea de volver a la misma empresa que había rechazado anteriormente mi solicitud. Para mi sorpresa, el director se acordó de mí y me dio el alivio que estaba buscando. Empecé como contable en prácticas.
En diciembre de 2021, el director anunció que iba a vender la empresa para mudarse al extranjero. Mis colegas se sorprendieron cuando les propuse comprarlo.
No sabía de dónde iba a sacar el dinero en ese momento, pero para mí esta era una oportunidad para usar mi fe. Oraba pidiéndole a Dios sabiduría y guía.
En septiembre de 2022, la empresa entró en liquidación. El director ya no tenía ninguna relación con los clientes. Ya no estaba obligado a pagar un solo centavo por la empresa. ¡No podía creerlo! Todos los clientes estaban ahora sin contador y estaban felices de permanecer bajo mi cuidado. Desde octubre de 2022, dirijo con éxito mi propia empresa de contabilidad. En comparación con antes, mi vida ha cambiado por completo y mi lucha financiera ya no existe. Disfruto de la libertad de trabajar por mi cuenta y la transformación en mi vida financiera fue verdaderamente una bendición de Dios.
Esta experiencia es un recordatorio para mí de que cualquiera puede cambiar el curso de su vida. De hecho, desafío a aquellos que pueden estar en una situación similar a la que yo estaba a que hagan algo diferente. Tal vez para usted, este paso audaz para volver a escribir su historia podría ser asistir a la reunión del domingo por la mañana a las 8:30am o 12pm como lo hice hace tantos años.”
Vea si usted también podría beneficiarse de la ayuda espiritual proporcionada en la Iglesia Universal.
Dharamveersing Seegolam