Un estudio reciente de City, Universidad de Londres, reveló que la mayoría de los hombres narcisistas muestran un comportamiento seguro de sí mismos, agresivo y socialmente dominante. La investigación mostró que alrededor del 75% de las personas diagnosticadas con trastorno de personalidad narcisista son hombres, pero incluso entre aquellos que no han sido diagnosticados, muchos de ellos se consideran superiores a los demás. Hay hombres vanidosos y arrogantes en todos los ámbitos de la sociedad, desde los que se creen “los mejores conductores” hasta los que se consideran más inteligentes, guapos o listos.
La ruina del orgullo
El narcisismo, con sus características de grandiosidad y asertividad, podría conducir a un futuro doloroso. La Biblia nos advierte que “delante de la destrucción va el orgullo, y delante de la caída, la altivez de espíritu.” (Proverbios 16:18). Esta es una advertencia para que las personas analicen su forma de pensar sobre sí mismas y cambien si se dan cuenta de que son arrogantes. La Palabra de Dios es clara: “Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado.” (Mateo 23:12).
Buscando el Espíritu Santo
Para liberarse del narcisismo, la arrogancia y la prepotencia, la gente necesita buscar el Espíritu Santo. Él es Quien otorga el equilibrio necesario para que los hombres no se ahoguen en su propia vanidad. Entre varios ejemplos bíblicos, el mejor es el de Jesús, quien a pesar de ser perfecto no era arrogante. Si quieres tener una vida equilibrada, es fundamental seguir Su ejemplo.
El narcisismo es un problema real y creciente en la sociedad actual, especialmente entre los hombres. Sin embargo, la Biblia nos muestra un camino diferente al que el mundo nos enseña, y seguir los pasos de Jesús es la única manera de evitar la ruina que trae el orgullo y lograr una vida de verdadero honor y equilibrio.
Fuente: www.city.ac.uk/news-and-events/news/2024/june/narcissism-in-women-dangerous