La versión 2012 de la maldición de Esaú

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La mayoría de la personas piensan que la conexión entre el diezmo y el Espíritu Santo no existe; pero si nos fijamos bien, encontraremos que los dos están bastante relacionados.

Cuando Jacob hizo todo lo que pudo para conseguir la bendición de la primogenitura a pesar de nacer después de su hermano, su hermano Esaú lo vio como un traicionero malicioso. Pero en realidad, Jacob demostró las ganas que tenía de agarrar la bendición de la primogenitura y tener una asociación con Dios. Nadie le pidió que hiciera lo que hizo, pero el entendió que esta bendición tiene más valor que todo el dinero que podría tener.

Por otro lado, Esaú recibió esta bendición como su derecho al nacer y la rechazó descaradamente. Pero recuerda que Dios reservó esta bendición especialmente para el primogénito, y Esaú casi escupió lo que Dios le había dado. Es por esto que Dios dijo, “¿No era Esaú hermano de Jacob? – declara el Señor. Sin embargo, yo amé a Jacob, y aborrecí a Esaú, e hice de sus montes desolación, y di su heredad a los chacales del desierto.” (Malaquías 1:2,3).

La primera cosa que Jacob hizo cuando recibió la bendición de la primogenitura y partió de la casa de su padre fue hacer un pacto con Dios dándole el diezmo. Es ese momento, Jacob SE CONVIRTIÓ EN EL DIEZMO MISMO, porque mientras que Esaú rechazó lo que Dios le había dado, Jacob luchó para recibirla a pesar de no tener derechos.

Y así como Esaú estaba maldecido por haber rechazado lo que Dios le había dado, aquellos que son infieles en sus diezmos han estado viviendo vidas donde sus planes y metas no tienen frutos y están estériles exactamente por esto.

Desde el 2 al 9 de septiembre, estaremos consagrando a los diezmistas en nuestras iglesias para que tu, siendo diezmista, tengas acceso a todo lo que se le promete al primogénito de Dios, y las maldiciones de la infidelidad se romperán.

Si rechazo a Dios cuando no doy mi diezmo, ¿cómo le puedo pedir a Quien rechacé que me dé Su Espíritu?

Que Dios te bendiga.

 

 

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