cansado de sí mismo, De la misma forma, God, Jesus, la vida económica,
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” Santiago 4:7-8
El diablo no tiene ningún interés en huir de alguien, por el contrario, su deseo es mostrar quién es él en la vida del ser humano, y para qué vino – robar, matar y destruir.
Él es capaz de todo para no salir del matrimonio, de la salud, de la vida sentimental, de la familia, de la vida económica, etc.
Pero, ¿qué poder es ese que él ve en la vida de una persona, que es superior a su fuerza, al punto de hacerlo huir?
Con certeza, es la fe materializada en el sacrificio. Es con el sacrificio que se resiste al diablo, no hay otra manera. Si él insiste en quedarse en la vida de alguien es porque todavía no vio el poder que lo destruye. Incluso porque resistir significa oponerse al adversario, no huir, mantenerse firme, no sucumbir, no ceder. Y solo hace eso quien está cansado de sí mismo, cansado de la vida que lleva y de todo. Y debido a esa determinación, pone toda su fuerza en la lucha y sacrifica.
Fue eso lo que Jacob hizo cuando luchó con Dios en el Vado de Jaboc:
“Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.” Génesis 32:28
Luchar con los hombres significa luchar consigo mismo, pues él no quería ser más el que era. Luchar con Dios, en otras palabras quiere decir: “Dios, Tú tienes que bendecirme a causa del sacrificio que hice distanciándome de todo – de los bienes, de las personas – quedándome a solas Contigo.”
En esta lucha de Jacob consigo mismo y con Dios, ¿quién perdió? Con certeza no fue Dios, Él es invencible. Jacob prevaleció, pero hubo un derrotado. Sin duda fue el diablo.
El día en el que usted se quede a solas con Dios en el altar, usted vencerá al diablo y él huirá de su vida. Todos vieron que Jacob cambió. De la misma forma, todos verán su cambio.
El diablo no huye del dinero aunque parezca ser mucho, él huye del sacrificio aunque parezca ser poco. Porque cuando él ve el sacrificio, ve a Dios.
Esa es la propuesta de esta Hoguera Santa.
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