de la misma manera, la protección de Dios, una ceremonia especial,
Muchas personas trabajan duro y, constantemente, construyen sus vidas en busca de algo mejor pero a medida que construyen, hay algo que siempre hace que sus esfuerzos se desmoronen. Siembran pero nunca cosechan debido a circunstancias imprevistas. Mientras muchas personas consiguen construir sus vidas sin la ayuda de Dios, todos necesitan Su protección de las influencias negativas que trabajan para consumir lo que han construido.
La Biblia habla de una tipo de espíritu en específico llamado el devorador, cuya función principal es arruinar la vida financiera de las personas. Hay muchos empresarios, profesionales bien educados e individuos trabajadores que tienen una historia o dos (o más) sobre como su trabajo acabó en nada, no importa cuanto dinero ganaban. Todas estas historias suenan de la misma manera: cuanto más ganaban, más gastaban. Y la mayor parte del tiempo lo gastaron en contra de su voluntad, en facturas y gastos que aparecieron de la nada para consumir su sueldo ganado con tanto esfuerzo. El devorador es el que trabaja, haciendo que sucedan estas cosas.
Cuando leemos la Biblia, encontramos muchos versículos en los que Dios nos muestra claramente Su voluntad de hacer que su pueblo prospere. Por otro lado, el devorador quiere esparcir la pobreza y la miseria. Quiere que las personas tengan pérdidas repetidamente, obligándoles a permanecer estancadas mientras persiguen soluciones para cada pedazo de mala suerte.
El problema con todo esto es que, independientemente de lo fuerte que sea su fe, la oración no funciona a la hora de detener al devorador, ni tampoco el ayuno. La Biblia nos enseña que Dios Mismo es el Único que reprenderá al devorador, pero solo cuando nosotros decidimos serle fieles.
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice el Señor de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice el Señor de los ejércitos.” (Malaquías 3:10-11)
Tenemos que ser fieles a Dios en todas las cosas, pero cuando luchamos contra el devorador, tenemos que ser específicamente fieles en nuestros diezmos y ofrendas. Cuando fallamos en eso, fallamos en demostrarle nuestra fidelidad a Dios porque demostramos falta de fe en Su palabra. A la vez, nos volvemos vulnerables ante la obra del devorador porque quedamos descalificados a la hora de recibir la protección de Dios y la provisión.
Dios quiere ponerle un fin a las pérdidas que enfrentamos, los altibajos de nuestras ganancias y la inestabilidad de la obra de nuestras manos. Quiere hacer una diferencia pero esta es condicional a nuestra fidelidad. Si honramos a Dios tal y como Él nos pide, entonces, el devorador jamás destruirá el fruto de nuestra labor como solía hacerlo.
El 4 de octubre presentaremos nuestros diezmos a Dios como símbolo de nuestra fidelidad a Él, y para clamar por Su poder para que ate al devorador. Todos aquellos que ya son diezmistas, así como aquellos que desean serlo, serán ungidos con el aceite sobre sus cabezas como la señal de un faro, para marcarlos como siervos de Dios. La consagración de los diezmistas es una ceremonia especial que forma parte de una reunión completa y general, por lo tanto, todos son bienvenidos, aunque no deseen participar de la ceremonia de las primicias.
Evento: Fiesta de las Primicias
Fecha: Domingo, 4 de octubre
Horario: 12 del mediodía (También a las 8:30am)
Lugar: En su Iglesia Universal de Finsbury Park
*Los diezmistas son personas que entienden la soberanía de Dios sobre ellos y reconocen que todo lo que Dios les da viene de Sus manos en primer lugar. Por lo tanto, devuelven la décima parte de sus ingresos como obediencia a Su palabra. Si usted todavía no es diezmista o si desea saber más acerca del diezmo, por favor llame a nuestra línea de atención 020 7686 6048.
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