FE Y OBEDIENCIA = JUSTICIA

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FE Y OBEDIENCIA = JUSTICIA

Yo fui  joven, y ya so y viejo, y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan.” (Salmos 37:25)

Puedes ser justo por la fe, pero debes estar sujeto a la obediencia. Sin obediencia, la fe es emocional y religiosa.

La Biblia dice que el justo de Dios vive por la fe, pero eso no rompe la conexión que esa fe tiene con la obediencia.

Puede que tengas la fe de hacer cosas grandes, pero sería el tipo de fe que no agrada a Dios. Tu testimonio no te hace justo.

La obediencia sin fe no significa nada. Cuando estos dos elementos se juntan, nace la justicia. Así como declaró David en el versículo anterior, el justo nunca será desamparado y a sus descendientes nunca les faltará nada porque Dios proveerá para ellos.

Abraham es un ejemplo perfecto de esto. Los judíos son el pueblo más rico y de influencia del planeta porque Abraham fue el primer hombre que fue justo, viendo que vivía totalmente por la fe y con obediencia, Dios no lo desamparó y a sus descendientes no les falta nada.

“¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles?” (Lucas 18:7)

Dios no escoge al elegido. Nadie está predestinado a ser justo. La oportunidad se le da a todos.

Tu eres parte de los elegidos de Dios cuando tu perfil se considera el de un elegido, cuando eres fiel y obediente a Dios.

Puede que seas justo pero todavía tienes que hacer tu parte, ya que hasta los justos experimentan injusticias día a día.

A veces pasas por injusticias porque las aceptas, y Dios no puede hacer nada si ese es el caso. ¡Él solo puede ayudar a aquellos que claman día y noche!

La viuda de la parábola de Jesús (Lucas 18:1-8) tocaba a la puerta del juez y le suplicaba por justicia todos los días. Estuvo allí hasta que el juez no aguantó más. Si sufres de alguna injusticia, no verás la justicia de tu caso hasta que la busques de todo corazón.

“Claman los justos, y el Señor los oye, y los libra de todas sus angustias.” (Salmos 34:17)

Que Dios te bendiga

Obispo Randal Brito
bishop@uckg.org

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