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Eres tan débil como te veas

el poder de Dios, relación con Dios, un hombre como tú,

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Caleb era uno de los 12 espías. No era Superman, más bien, era un hombre como tú y como yo. Vio los desafíos que se presentaron en la ciudad fortificada y con sus habitantes, pero hizo algo diferente a los otros espías…

Caleb no dejó que lo que había visto interfiriera con la promesa que Dios le hizo a Su pueblo. Mientras que los otros espías se vieron como saltamontes ante sus enemigos, él vio a ‘hombres como si fueran panes’.

Años más tarde, Caleb contó este acontecimiento. Hay algo poderoso que Dios quiere que sepas a través de esta historia.

 Entonces los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal, y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que el Señor dijo a Moisés, hombre de Dios, acerca de ti y de mí en Cades-barnea. 

 Yo tenía cuarenta años cuando Moisés, siervo del Señor, me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra, y le informé como yo lo sentía en mi corazón. Sin embargo, mis hermanos que subieron conmigo, hicieron atemorizar el corazón del pueblo; pero yo seguí plenamente al Señor mi Dios.

 Y aquel día Moisés juró, diciendo: “Ciertamente, la tierra que ha pisado tu pie será herencia tuya y de tus hijos para siempre, porque has seguido plenamente al Señor mi Dios.”

 ‘Y ahora, he aquí, el Señor me ha permitido vivir, tal como prometió, estos cuarenta y cinco años, desde el día en que el Señor habló estas palabras a Moisés, cuando Israel caminaba en el desierto; y he aquí, ahora tengo ochenta y cinco años.

 Todavía estoy tan fuerte como el día en que Moisés me envió; como era entonces mi fuerza, así es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.” (Josué 14:6-11).

El espíritu derrotista de los otros espías muestra que, aunque conocían el poder de Dios, se olvidaron que Él estaba con ellos; cedieron ante sus debilidades y esparcieron el mismo miedo entre el pueblo.

Hoy en día, es posible que las personas todavía hagan lo mismo. ¿Cuántas personas dicen que creen en Dios, pero, cuando se enfrentan a los desafíos, se concentran en sus debilidades y admiten la derrota?

No es suficiente con decir que sigues a Dios: en la práctica, esto significa aferrarse a Su palabra no importa lo que se interponga en tu camino. Muchos dicen que Lo siguen, aun así, dejan que la duda y la negatividad interfiera en su relación con Dios.

Tenemos que enfrentarnos a los desafíos de la vida, como Caleb, como si fueran panes, algo que puedas devorar. Cuando alguien te dice que no eres capaz de hacer algo, diles que sí puedes. No le prestes atención a las voces negativas: aférrate a tu fe, enfréntate a tus desafíos con valentía. Si tienes a Jesús de tu lado, ¿Por qué inclinarte ante tus desafíos o problemas y dejar que tus debilidades prevalezcan? Recuerda, el problema del débil no es que sienten sus debilidades, sino que ceden ante sus debilidades.

Ser fuerte es cuestión de elección. Caleb conquistó la tierra prometida porque eligió ser fuerte.

‘El da fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor.’ (Isaías 40:29).

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