En contra de la rebeldía

experiencia en la vida, una buena hija,

Cuando mi familia y yo nos mudamos a Nueva York y entré en la escuela, una de las cosas que más me impresionó fue la actitud rebelde que tenían mis compañeros por todo y por todos. Las caras amargadas, las respuestas groseras hacia los profesores y la falta de un mínimo de respeto hacia los padres me asustaron. Nací y crecí en un hogar cristiano, donde siempre se practicaron los buenos valores y principios. Mi hermana y yo no teníamos todo lo que queríamos y, sin embargo, no éramos rebeldes. Lo que mamá y papá hablaban era ley, no lo cuestionábamos. Éramos adolescentes y no éramos rebeldes.

¿Por qué todos los adolescentes tienen que pasar por una fase de rebeldía, como si se tratase de algo normal? Los padres y la sociedad ya esperan eso de ellos hoy en día. Quieren hacer lo que piensan que es mejor para ellos –como si supieran lo que están haciendo. Les gusta hacer caso omiso de sus padres, los cuales tienen mucha más experiencia en la vida. Prefieren hacer caso a otros adolescentes que no saben nada. Sinceramente, esto es ignorancia.

Aparte de lo obvio, los padres no merecen ser tratados de esta manera y los únicos que salen perdiendo a largo plazo son los adolescentes, por no decir que Dios está en contra de este tipo de comportamiento. Esta rebeldía trae sufrimiento y persigue a una persona, incluso después del matrimonio.

La joven que es rebelde con los padres, será una esposa problemática en el futuro. Lo mismo se aplica para el muchacho. Y si es una buena hija, lo más probable es que valla a ser una buena esposa.

Entonces, mientras el mundo dice que debemos ser rebeldes, me parece absurdo que los adolescentes no se aprovechen de ciertas oportunidades. Si eres un joven que nació ayer entonces debes tratar de aprender de aquellos que nacieron antes. Si piensas que tienes que ser rebelde para que la gente respete tu personalidad, es porque todavía no la tienes.

Cristiane Cardoso
cristianecardoso.com