la Obra de Dios, The Love School en el Wembley,
¿Sabes lo que es tener una revelación sobre ti misma en un escenario frente a casi 12.000 personas? Fue eso lo que me sucedió ayer en el evento The Love School en el Wembley Arena.
La clase estaba yendo muy bien, Renato, como siempre, excelente como profesor. Además de inteligente, es súper gracioso y la clase de parejas deja de ser pesada para ser divertida. Me siento bien a su lado porque trabajamos en equipo y siempre agregamos ejemplos que ayudan a nuestros alumnos a entender la teoría de una manera más práctica, generalmente, con nuestras experiencias. Hasta que hubo un momento en la clase en el que la ficha que nunca había caído, me cayó. ¿Ya te sucedió? Así es, a mí me pasó frente a miles de personas.
Fue justamente en el momento en el que me trajeron una silla, finalmente, para sentarme.
Durante 1 hora y 15 minutos me quedé de pie todo el tiempo, la silla que estaba preparada para mí estaba al otro lado del escenario (no aguantaba mas mis pies con aquel tacón altísimo). Pero llegó en un buen momento… realmente necesitaba sentarme y digerir lo que me acababa de ser revelado. Estábamos hablando sobre cómo la relación amorosa es la tercera relación de una persona, y si no tiene las dos primeras relaciones, la tercera paga un precio alto, y aun así, siempre termina desgastándose. Como el propio Señor Jesús resume todos los mandamientos:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Mateo 22:37-39
1. Primera relación: AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS
2. Segunda relación: AMARÁS A TI MISMO
3. Tercera relación: AMARÁS A TU PRÓJIMO
Ya habíamos hablado de este tema anteriormente a la clase, y yo sabía exactamente lo que íbamos a decir, solo que, de pronto, ya no éramos nosotros hablando, oí al propio Espíritu Santo hablando conmigo…
Recordé la época en que teníamos problemas serios en el matrimonio, cuán insegura era e imploraba la atención de Renato. Hacía de todo por él, buscaba ser la mejor esposa del mundo, cuidaba de la casa de la mejor manera, no faltaba nada y él no tenía ninguna razón para reclamar de mí, sólo una: yo quería mucha atención.
YO AMABA A MI MARIDO MÁS QUE A MÍ MISMA
¡El orden estaba todo mal! Para amar a tu prójimo, tienes que amarte primero, ¡para entonces amarlo como a ti mismo!
Fue entonces que entendí por qué tantas mujeres no logran deshacerse de relaciones que les hacen daño. Tantas madres que dejan de vivir por sus hijos que no están ni ahí por ellas. Tantas jóvenes se dejan usar como objetos sólo para sentirse amadas, aunque sea por una noche… Todas tienen eso en común: Ellas se aman menos.
Cuando amamos a alguien más que a nosotras mismas, dejamos de hacer lo que solamente podemos hacer por nosotras mismas: cuidarnos, amarnos, preservarnos, y valorarnos. Y era eso lo que yo hacía hace unos 10 años atrás… y porque no me amaba ni me valoraba, quería que mi marido lo hiciese por mí. Por más que él lo intentase, ¡nunca era suficiente, y nunca podría serlo!
Lo que solamente yo puedo hacer por mí misma, nadie mas puede hacerlo.
Es por eso que el señor Jesús resumió toda la Biblia en este versículo de arriba, incluso Él llega a mencionar en otro versículo:
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Mateo 16:26
Cuántas personas hacen todo por todos menos para sí mismas, ¡incluyendo personas que hacen la Obra de Dios! Se dan por todos, pero cuando tienen que cuidarse no lo logran, no tienen ganas, no tienen tiempo… ¿pero de qué sirve amar al prójimo si no se aman primero? ¿Cuál es la recompensa de esto?
• Tristeza
• Falta de consideración
• Ingratitud
• Mala interpretación
• Abuso de buena voluntad
• Falta de respeto
Y por ahí va…
Pero cuando te amas primero y buscas amar a tu prójimo como a ti mismo, no necesitas de la aprobación de tu prójimo para hacer lo que, naturalmente, ya haces, ¡porque ya lo haces por ti mismo y ya te apruebas! ¿Eso no es genial???
Si eres una persona feliz contigo misma, ¿imagina cuando te cases con otra persona que también es feliz consigo misma? Ahí sí, la felicidad de ambos será completa, porque ninguno de los dos va colocar la presión ingrata al otro de hacerlo feliz.
Amigas y amigos, amémonos primero para entonces amar a los demás, y no vamos a olvidarnos… la única persona a la que podemos amar más que a nosotros mismos es el Señor Jesús, ¡Él nunca nos decepcionará!
Y miren que bueno… todo eso fue el propio Dios quien me lo reveló. ¿No es maravilloso?! Si aún no tienes una relación con Él, invierte primero en eso – antes que tu matrimonio, antes que tu novio, antes que tu carrera, antes que todo en este mundo, porque solo después del día en que Él me enseñó a amarme, todas las cosas comenzaron a desenvolverse en mi vida.
PD: Vea nuestras fotos del evento en este link
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