Si tuvieras que elegir entre una bendición o una maldición sobre tu vida, ¿cuál elegirías?
Toma el caso de Ruth Ellis, la última mujer ejecutada en el Reino Unido en 1955 por disparar fatalmente a su amante, David Blakely. Su historia no terminó con su trágica muerte. Según su nieta, Laura Enston, el juez Cecil Havers no solo condenó a muerte a Ruth, sino que también condenó indirectamente a otras tres personas. Un trágico patrón de muertes prematuras y sufrimiento ha asolado a la familia desde entonces.
El primer marido de Ruth, George Ellis —abuelo de Laura—, se quitó la vida trágicamente en un hotel de Jersey el 2 de agosto de 1958, poco más de tres años después de la ejecución de Ruth. En la primavera de 1969, la madre viuda de Ruth, Berta Neilson, fue encontrada inconsciente en una habitación llena de gas de su apartamento en Hemel Hempstead.
El hijo de Ruth y George, Andy, también se quitó la vida a la temprana edad de 37 años, poco después de vandalizar la tumba de su madre. Mientras tanto, la hija de Ruth luchó con problemas de salud mental a lo largo de su vida, desarrollando un grave problema de alcoholismo que pudo haber contribuido a su fallecimiento por cáncer a los 50 años.
Cuando las tragedias se repiten a lo largo de las generaciones, solemos asumir que se aprenderán lecciones. Sin embargo, romper con estos patrones no siempre es sencillo. Una maldición se siente como una fuerza invisible que empuja a una persona hacia la destrucción, más allá de la lógica o el control personal. Pero ¿es esto realmente una maldición o solo una trágica coincidencia?
Una maldición se origina en palabras pronunciadas sobre la vida de alguien: palabras de destrucción o desgracia, a menudo pronunciadas por una persona con autoridad. Proverbios 26:2 afirma: «…la maldición no viene sin causa », lo que indica que una maldición solo es efectiva cuando la pronuncia alguien con influencia sobre otra. Sin embargo, una autoridad superior puede revocarla, al igual que un tribunal superior puede revocar el fallo de un juez.
La Palabra de Dios es una herramienta poderosa para romper maldiciones generacionales. Tiene el potencial de transformar vidas cuando se obedece. Sin embargo, la voluntad de Dios no se nos impone; tenemos la opción de actuar en obediencia y usar nuestra fe para activar sus bendiciones.
Este viernes 21 de marzo, como parte de los 13 Viernes con el propósito de la Rosa Consagrada, una oración especial se centrará en romper maldiciones generacionales. La oración ayudará a los presentes a superar la carga del dolor y la lucha heredada, y a acoger las bendiciones que Dios desea para ellos. Se anima a traer una rosa, que será ungida y bendecida.
La pregunta sigue siendo: ¿Eliges la bendición o la maldición?
Evento: Rompiendo Maldiciones Generacionales
Día y hora: Viernes a las 19:30 h (también a las 7:00 h, 12:00 h y 16:30 h)
Lugar: Iglesia Universal
Fuente:
https://www.dailyrecord.co.uk/news/uk-world-news/last-woman-hanged-uk-sparked-34798078
Notifications