condenado por tu pasado, una nueva vida, una vida de obediencia,
Dios quiere que abras tus ojos ante las fuerzas negativas que actúan a tu alrededor. Él quiere que te des cuenta de la realidad que no ves. Dios te acapara para Sí mismo porque no quiere que vivas bajo maldición. Él quiere liberarte y poner fin a tu sufrimiento. Él quiere que empieces a vivir una nueva vida, ahora.
Sabes que hay demonios, sabes que hay reinos espirituales, sabes que hay un cielo y un infierno. Podemos poner una fachada de santidad frente a las personas, pero Dios y los demonios saben la verdad. Podemos mentirle al hombre, pero no podemos mentirle a Dios.
¿Cuántos mensajes habrá tratado de darte Dios y los has resistido? ¿Cuántas oportunidades te ha dado Dios? Tal vez has vivido lejos de los principios de Dios, pero si continúas por el camino equivocado en la vida, el desastre finalmente prevalecerá. La paga del pecado es la muerte.
“He aquí, hoy pongo delante de vosotros una bendición y una maldición: la bendición, si escucháis los mandamientos del Señor vuestro Dios que os ordeno hoy; y la maldición, si no escucháis los mandamientos del Señor vuestro Dios, sino que os apartáis del camino que os ordeno hoy, para seguir a otros dioses que no habéis conocido. Y acontecerá, que cuando el Señor tu Dios te lleve a la tierra donde entras para poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim y la maldición sobre el monte Ebal.” (Deuteronomio 11:26-29)
El monte Gerizim es el monte de las bendiciones. Una vida de obediencia a Dios te llevará allí; sin embargo, una vida de desobediencia a Dios te lleva al Monte Ebal. El monte Gerizim está lleno de vida, mientras que el Monte Ebal está vacío. Siempre habrá dos tipos de personas en el mundo, aquellos que son bendecidos y aquellos que están malditos, y siempre habrá dos caminos en la vida, uno que conduce a la salvación y otro que conduce a la condenación. Sin embargo, si eres obediente a Dios, entonces los demonios no tendrán acceso a tu vida.
Depende de ti si recibes bendiciones o maldiciones. Dios no maldice a nadie. Él no envía personas al infierno. La gente toma sus propias decisiones. El infierno no fue creado para las almas humanas, el infierno fue creado para el diablo, los falsos profetas y el Anticristo. Debes tomar la decisión de abandonar las costumbres pecaminosas y decirle a Dios que quieres la vida que Él ha prometido.
Cuando entregas tu vida a Dios, ya no estás condenado por tu pasado. Cuando dices que no al mundo y sí a Dios, Él te salvará. La salvación es personal; por lo tanto, protege la tuya. No dejes que las fuerzas malvadas de este mundo hundan tu barco. Aférrate a tu fe porque tu testimonio será grandioso.
Obispo Alvaro Lima
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