En un mundo que nos insta constantemente a aspirar a la cima, el deseo de ser el primero está profundamente arraigado en nosotros. A nadie le gusta ser el segundo. Los atletas se entrenan incansablemente, no para una medalla de plata, sino para ganar el oro. En las relaciones, nunca toleraríamos que nuestra pareja priorizara a otra persona sobre nosotros. Tampoco nos gustaría que nos seleccionaran para un trabajo y luego perder frente a otro candidato. Estos ejemplos muestran cuán arraigado está en nuestras vidas el deseo de ser el primero.
Sin embargo, la Biblia enseña que solo Dios debe ser el primero en nuestras vidas. Él debe tener precedencia sobre todo, incluso sobre nosotros mismos. Una forma de demostrarlo es a través de la entrega de los primeros frutos: el diezmo.
Es fundamental comprender el significado literal y espiritual del diezmo. La palabra “diezmo” proviene de la palabra hebrea “ascar”, que significa “diez” o “la décima parte”. Pero cuando analizamos más a fondo, descubrimos que también transmite la idea de crecimiento, acumulación y enriquecimiento.
Cuando devolvemos el primer 10% de nuestros ingresos a Dios, Él promete:
“Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en esto —dice el Señor de los ejércitos— si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde. Por vosotros reprenderé al devorador, para que no os destruya los frutos del suelo; ni vuestra vid en el campo será estéril —dice el Señor de los ejércitos.” (Malaquías 3:10-11).
En otras palabras, al devolver el primer diezmo de nuestros ingresos, invitamos a las bendiciones de Dios: prosperidad financiera, crecimiento y abundancia. Es una demostración de nuestro temor, reverencia y respeto por Él y de que confiamos en Su provisión para nuestras vidas.
Cuando somos fieles en el diezmo, Dios está obligado por Su palabra a protegernos, reprendiendo a las fuerzas que traen enfermedades, accidentes y degradación social. Como diezmadores fieles, disfrutamos de la plenitud de las bendiciones de Dios en todo lo que hacemos.
Si estás listo para poner a Dios primero y aceptar ser el segundo, únete a nosotros este domingo en todas las Iglesias Universal en el Reino Unido.
Cuando somos fieles a Dios, Él nos muestra constantemente Su fidelidad, proveyendo para nosotros sin falta. Al honrar a Dios con las primicias de nuestros ingresos, recibimos Su protección y bendiciones y el 90% de nuestros ingresos con la bendición de Dios valen mucho más que el 100% sin ella.
Evento: La Consagración de los Segundos
Fecha y hora: Domingo a las 12h (también a las 8:30h y 18h)
Ubicación: En la Iglesia Universal en español