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Hola a todos,
¿Cuál es peor tipo de dolor que jamás has sentido? ¿Te acuerdas?
Físicamente hablando, probablemente hayas tenido accidentes, heridas, etc… Cuando era niño tuve muchos accidentes, pero hubo una vez, en particular, que estaba jugando al fútbol con mis amigos, en el colegio, y me hice daño en una rodilla ¡nunca me voy olvidar de eso! Aún hoy me acuerdo del lugar en el que estaba cuando eso ocurrió y me acuerdo de gritar del dolor insoportable que tenía, la gente se acercó para ayudarme y llevarme al hospital. ¡Era un dolor insoportable! ¡No quiero ni recordarlo!
En otras ocasiones, también sentí dolor pero no tanto como ese día.
¿Qué otro tipo de dolores puede sentir una persona?
Uno muy común es el dolor de dar a luz, ¿verdad? Tú que eres madre lo sabes muy bien, gracias a Dios que los hombres no tienen que pasar por esto pero dicen que eso es un dolor insoportable.
Está el dolor del engaño, el dolor de la humillación, cuando pasas vergüenza…. hay diferentes tipos de dolores, pero todos estos que acabo de mencionar, van y vienen. Sientes dolor, vas al hospital, te dan un remedio y el dolor se va. Puede que sufras los efectos secundarios pero el dolor en sí, se irá con el tiempo.
El dolor que sentimos no es el dolor del que Jesús habla en Su palabra. Mira lo que dice en Lucas 13:21
Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, mientras proseguía camino a Jerusalén. Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y El les dijo: esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos tratarán de entrar y no podrán. Después que el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, y vosotros, estando fuera, comencéis a llamar a la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”, El respondiendo, os dirá: “No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: “Comimos y bebimos en tu presencia, y enseñaste en nuestras calles;” y El dirá: “Os digo que no sé de dónde sois; APARTAOS DE MI, TODOS LOS QUE HACEIS INIQUIDAD.” Allí será el llanto y el crujir de dientes cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros echados fuera.
Piensa en esto, hay muchas cosas de las que podemos hablar aquí, pero El dice: “esforzaos por entrar por la puerta estrecha”. Esforzaos significa sacrificio, si tienes que entrar significa que todavía no llegaste, tienes que pasar por ella a un lugar diferente, a un ambiente diferente, tienes que entrar por una puerta para llegar a este lugar; y la puerta es estrecha, o sea, no puedes pasar por allí con todo lo que te gustaría llevar, si es una puerta estrecha solo puedes llevar lo necesario, o sea, tienes que reducir la gordura, es decir, la vida pecaminosa. Tenemos que deshacernos de estas cosas para poder pasar por la puerta estrecha. ¡Ese es el secreto! Si no lo haces, dice que habrá llanto y crujir de dientes. ¡Imagínate!, este dolor del que está hablando jamás se acaba, es eterno, es para siempre, y no quieres sentir este dolor.
Confía en mí, no quieres sentir eso. Entonces, la solución es: Esfuérzate, entra y estrecha. Sacrifica tu voluntad, tu carne, tus deseos, entra por la puerta, no te quedes afuera, ve allí y acuérdate de que la puerta es estrecha. Si solo recuerdas eso cuando llegues allí, vas a tener problemas porque las puertas todavía no están cerradas, así como la puerta blanca no está cerrada todavía, esta tampoco está cerrada, o sea, mientras nos escuchas, mientras estás vivo, tienes una oportunidad, el Señor todavía no ha cerrado la puerta, ocurrirá cuando se acaben tus días, una vez que estés allí, no hay nada más que puedas hacer, y, si en ese momento, reconoces que cargas muchas cosas que no debes, entonces te quedarás fuera de ese lugar, no vas a poder entrar, porque recuerda “La puerta es muy estrecha” y afuera habrá llantos y crujir de dientes.
Entonces tú que te quejas del dolor, dolor físico, dolor emocional, tú que dices que no puedes soportarlo más, acuérdate de este tipo de dolor.
Cuando lo pienso, me acuerdo de Job, uno de los mejores personajes de la Biblia. El perdió a su familia, a todos sus hijos, ¿te acuerdas? Imagínate el dolor de perder a un ser querido , el perdió sus bienes, su salud, tenía dolores físicos, su esposa le dijo “¡maldice a Dios y muérete!” y él dijo “Has hablado como cualquier mujer necia” Y él no sabía que había sido el diablo quien trajo esos problemas, él pensó que habían venido de Dios, entonces él pensaba “¿Cómo me puedo quejar?” y con todo esto, él no maldijo a Dios, a pesar de no tener idea de quién estaba detrás de los problemas, Jesús nos reveló más tarde, que El vino a traernos vida y vida en abundancia, es el diablo que vino a matar, a robar y a destruir, pero aun así, Job permaneció fiel, firme, sin culpa, un hombre apartado del mal, correcto, es un ejemplo para nosotros.
Entonces todo el dolor que sentimos mientras estamos aquí no son bien recibidos, no queremos sentir ese dolor físico, el dolor emocional…. pero nada se compara con ese dolor del que te acabo de hablar y, si no quieres sentir ese dolor, tienes que pasar por otro tipo de dolor, que es el dolor del sacrificio, pero este es bueno porque cuando sacrificas tu voluntad, tus deseos, cosas que te importan para agradar a Dios, puede que te cause dolor, pero es un dolor que merece la pena, porque este dolor te ayudará a evitar ese dolor eterno.
Piensa en eso, saca de tu vida lo que no es bueno, apártate del mal, del pecado, y, si tu día viene hoy, nunca tendrás que experimentar este dolor del que Jesús está hablando. Y esta es nuestra victoria.
Lee el libro de apocalipsis 21 donde dice “En el lugar que Dios ha preparado para nosotros no habrá lágrimas, ni llantos, ni sufrimiento, ni tristeza, o sea, las cosas que había aquí pasaron, allí no habrá dolor, y eso es lo que queremos, eso lo que tú quieres y lo que yo quiero, vamos a esforzarnos para conseguirlo, para entrar por la puerta estrecha.
Ob Celso Junior
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