culpa de Dios, La Palabra de Dios, para la eternidad,
Si te preguntaran: La Entrada Triunfal (el primer Domingo de Ramos), ¿fue un día triste o alegre? Normalmente, las personas levantan su mano y rápidamente responden “Un día alegre” y quizás esa sea tu respuesta también, sin embargo, si reflexionas más profundo en la palabra de Dios, probablemente cambie tu percepción.
“Entonces fueron los discípulos e hicieron tal como Jesús les había mandado, y trajeron el asna y el pollino; pusieron sobre ellos sus mantos, y Jesús se sentó encima. La mayoría de la multitud tendió sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. Y las multitudes que iban delante de Él, y las que iban detrás, gritaban, diciendo: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” Cuando El entró en Jerusalén, toda la ciudad se agitó, y decían: “¿Quién es éste?” Y las multitudes contestaban: “Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.” (Mateo 21:6-11)
La gran multitud sabía Su nombre pero no sabían que Él era el Salvador. No lo veían como tal. Para ellos, Él era tan solo un profeta.
Cuando se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella, diciendo: “¡Si tú también hubieras sabido en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Porque sobre ti vendrán días, cuando tus enemigos echarán terraplén delante de ti, te sitiarán y te acosarán por todas partes. Y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no conociste el tiempo de tu visitación.” (Lucas 19:41-44)
Jesús lloró sobre la ciudad porque Él sabía lo que iba a pasar. El pueblo estaba tan cerca, pero a la vez tan lejos. “¡Si tú también hubieras sabido en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos.” Quizás esto esté oculto a tus ojos hoy, y no es culpa de Dios porque Él no quiere que suframos, el problema es que a veces no queremos obedecerle.
“…porque no conociste el tiempo de tu visitación.”
Échale un vistazo a esta versión de la Biblia y lo entenderás mejor:
NVI: Te derribarán a ti y a tus hijos dentro de tus murallas. No dejarán ni una piedra sobre otra, porque no reconociste el tiempo en que Dios vino a salvarte.”
¿Cuántas veces Dios envía a personas para que compartan la verdad con otros y estos la niegan? Es muy triste, pero hay veces en que las personas asisten a las reuniones y no aceptan el mensaje ni se entregan el 100%. A veces, es la última oportunidad que las personas reciben para tomar la decisión correcta para la eternidad. Pierden su momento de visitación, su oportunidad. El momento de visitación y las oportunidades de conocer a Jesús varían de persona en persona, no obstante, el sabio responderá al llamado de la salvación ahora y hoy mismo, ya que no sabemos lo que sucederá mañana.
Durante esta Semana Santa, Jesús está viniendo. Es tu oportunidad de ser salvo. Pero primero, debes analizarte a ti mismo y considerar, ¿Quién es Jesús para ti? ¿Un extraño? ¿Tan solo un profeta? o ¿el Salvador de tu alma?
Puede que estés en la iglesia, pero si vives en desobediencia a Dios, estás lejos de Él. Quizás, durante los años, el domingo de Ramos haya sido un día de dolor y de angustias para el Señor Jesús, porque cuando te mira, ve que estás lejos de Él. Tú puedes cambiar esta situación. Entrégate a Él, haz que sea tu Señor y Salvador y, te aseguro que, a partir de ahora, el domingo de Ramos, será un día de gran alegría!
Obispo Alvaro Lima
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