A pesar de ser un actor aclamado y conocido, para Will Smith, de 55 años, toda su fama y riqueza no le garantizan una felicidad total. Entrevistado por la revista estadounidense Complex, habló de su relación con el dinero, afirmando que “tuvo dinero, luego lo perdió y luego lo volvió a ganar”, más de lo que jamás imaginó.
El entrevistador mencionó que la fortuna del actor se estima en 350 millones de dólares (más de 269 millones de libras). Smith reflexionó que “una vez que has comprado todo lo que deseas y literalmente no hay nada más en la tierra que quieras comprar, te das cuenta de que nada de eso puede satisfacerte”.
“Estoy en una etapa de la vida que puede ser realmente aterradora, cuando te das cuenta de que ninguna relación, dinero o incluso hijos pueden hacerte realmente feliz. Es como un contacto interno total con el caballero oscuro de tu alma y aceptas que debes ser feliz aquí [señalando su corazón]. Tienes que ser feliz sin ninguna de estas cosas. Hay que llevar felicidad a las personas que quieres”, concluye.
No seamos hipócritas y digamos que el dinero no es importante, pero aunque es necesario, no debe ser nuestro principal objetivo. Después de todo, el dinero por sí solo no puede satisfacer la vida de nadie. Este tema también fue abordado por el rey Salomón, quien además de poseer una sabiduría única, prosperó como ningún otro hombre:
“Y de todo cuanto mis ojos deseaban, nada les negué, ni privé a mi corazón de ningún placer…” (Eclesiastés 2:10).
“Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento.” (Eclesiastés 2:17).
“Es común que las personas se esfuercen por adquirir algo que su corazón desea, ya sean bienes materiales, un mejor trabajo o la realización de proyectos personales. El camino hacia el logro trae satisfacción, pero una vez conquistado ese objetivo, la sensación que queda es la de un trofeo guardado en un estante. Esto significa que el ser humano sólo puede sentirse completo con el Todopoderoso”, reflexiona el Obispo Macedo, fundador de la Iglesia Universal.
Nuestro enfoque debe estar en la eternidad y en tener a Dios como fuente de nuestro gozo y satisfacción. Todo en esta vida es temporal, y si tu corazón está puesto en algo material, tu paz y la salvación de tu alma están en constante riesgo.
El mismo Señor Jesús enseñó esto a través de una parábola en la que llamó “tonto” a un hombre que pensaba que tenía muchos años por delante para disfrutar de sus riquezas (mira en Lucas 12:16-21).
“Sólo un necio pensaría que su alma podría contentarse con la adquisición de bienes terrenales y hasta se jactaría de tener muchos años por delante para disfrutar de los placeres y banquetes de este mundo. El hombre rico de la parábola estaba dispuesto a vivir y divertirse, pero no estaba dispuesto a morir. Nada es más valioso en este mundo que nuestra alma. El cuerpo es perecedero, pero el alma vive eternamente. Quien ignora esta realidad comete una necedad irreparable. Las Escrituras dejan claro que cada persona es responsable de prepararse para la eternidad. Acumular riquezas en este mundo y no preocuparse por adquirir tesoros espirituales significa quedarse sin nada en la eternidad”, concluye el Obispo Macedo.
¿Te gustaría invertir en tu relación con Dios? Únete a nosotros este domingo a las 12h en la Catedral de los Milagros – 232 Seven Sisters Rd, N4 3NX .
Fuente:www.complex.com/pop-culture/a/brad-callas/will-smith-meaning-of-life-360-with-speedy