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Cuando escuchas el nombre de ciertos personajes bíblicos, inmediatamente asocias sus nombres con algo grande, sin embargo, están aquellos que, a pesar de que sus nombres se mencionan en la Biblia, no se asocian con nada que haga la diferencia.
La diferencia entre estos dos tipos de personas es, en primer lugar, que los primeros representan a aquellos que se comprometen con Dios, mientras que los segundos representan a aquellos que no. Dios solo trabaja con los que se comprometen con Él. Si no nos comprometemos con Él, entonces Él es incapaz de trabajar con nosotros..
Desde que se ha creado la humanidad, Dios no hace nada sin nuestra participación. Él nos dio un tipo de valor que muchos no ven. Es por eso que muchas veces, las personas se desprecian a sí mismas, no ven nada bueno en sí mismas. Pero Dios nos ha creado para propósitos grandes. Nos ha creado para ser un tipo de colaborador, un compañero, alguien que estaría aquí en la tierra para ejecutar Su plan. Pero, desafortunadamente, debido a la falta de compromiso con Dios, Él no ha podido cumplir lo que ha prometido.
Podemos ver que una razón por la que hay una falta de compromiso para con Dios, incluso por parte de aquellos que Lo siguen, es porque las personas se concentran demasiado en tratar de hacer las cosas a su manera; piensan que todo debería girar alrededor de ellos. Por lo tanto, no dejan de hacer su propia voluntad para hacer la voluntad de Dios. Sin embargo, para que Dios haga cosas grandes a través de una persona, esta debe estar dispuesta a dejar su propia voluntad. Tenemos como ejemplo, lo que David y su reino consiguieron conquistar. Solo tenían un territorio pequeño, pero consiguieron conquistar el territorio que les rodeaba haciendo que su reino se expandiera. Sin embargo, esto fue posible porque David estaba comprometido con Dios y tenía hombres que también estaban comprometidos con Dios porque les atraía lo que David les ofrecía.
David permaneció en el medio de estos hombres cuando todavía eran débiles, cuando lo perdieron todo y se enfrentaron a la humillación, cuando perdieron el respecto de los demás y la dignidad propia. Él se ofreció a enseñarles cómo llegar a ser guerreros y hombres de honor. Estos cuatrocientos hombres, aunque no eran suficientes como para formar un ejército grande, tomaron la decisión de aceptar a David como líder; se comprometieron con la misión de su líder y, debido a esto, llegaron a ser el reino más respetado de aquella época, por la diferencia que hicieron. Una razón por la que muchos no se comprometen es porque no les atrae lo que Él les ofrece, que es la salvación.
Después de todo, ¿cómo puedes reconocer que necesitas un salvador, si no reconoces primero que estás perdido, que eres débil y que necesitas ayuda? Si a las personas les atrajera el Señor Jesús, también serían utilizadas para hacer grandes diferencias para el reino de Dios. Dios quiere rescatar tu alma, pero Él no puede hacer esto si no te comprometes con Él. Incluso si dices que le entregas tu vida a Dios, el diablo vendrá poco a poco y, si no tienes un verdadero compromiso con Dios, te robará tu salvación.
Es todo o nada, si estás comprometido con Dios, le entregarás tu todo a Él. Cuando una persona se compromete con Dios, también se compromete con las cosas de Dios. Esto no quiere decir que, si una persona se compromete con una iglesia, está automáticamente comprometida con Dios, en cambio, lo contrario es cierto.
Si aprecias a Dios, y quieres ayudar a hacer una gran diferencia para Su reino, toma la decisión de tener una relación comprometida con Él. Si todas las personas en la iglesia entendieran esto, la iglesia haría una revolución para el reino de Dios.
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