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Cuartel general de la injusticia

hablar con Dios, la Justicia Divina, toda su vida, una vida justa,

Cuartel general de la injusticia

El infierno es el cuartel general de la injusticia. Allá está su fortaleza, el origen de todas las especies de injusticias sociales, profesionales, sentimentales, familiares, etc.

Es simplemente imposible que el hombre natural, por sí solo, por mayor que sea su potencial económico, gubernamental e intelectual, destruya al ejército de la injusticia que domina a este mundo, ya que sus embestidas contra el ser humano están diseminadas por todas las capas de la sociedad en el mundo entero, como escrito está:

“… y el mundo entero está bajo el maligno.” 1 Juan 5:19

Para vencer al espíritu de la injusticia no es suficiente ser evangélico, frecuentar una iglesia, ser miembro, obrero, pastor, obispo, diácono o tener un puesto en la iglesia, ¡no! Es necesario que sus armas contra el espíritu de la injusticia sean:

“… poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas…” 2 Corintios 10:4

Solo la fe racional es capaz de destruir toda la fortaleza de la injusticia. Usted solo podrá vencer a todo el infierno cuando manifieste su fe a través del sacrificio de renunciar a sus emociones y a los deseos carnales que el diablo ofrece, como mentira, prostitución, malicia, en fin, el pecado, y coloque toda su vida en el Altar, todo lo que es, tiene y pretende tener para quedar en la dependencia del Altísimo.

Abraham vivía en esa fe. Él fue justificado por ella; su vida estaba enteramente en el Altar, que es la base de la justicia.

“… justicia y juicio son el cimiento de Su trono.”  Salmos 97:2

Cuando él necesitó reivindicar la justicia Divina, indignado por andar correcto, amar a su esposa, ser fiel y no tener una descendencia (un hijo), la justicia lo atendió.

“Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.” Génesis 15:5

Cuando necesitó librar a su sobrino de la destrucción de Sodoma y Gomorra, buscó la justicia Divina, y nuevamente fue atendido.

“Lejos de Ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” Génesis 18:25

Mis amigos, solo alguien que anda en la justicia y manifiesta la fe del sacrificio en el Altar es capaz de hablar con Dios con tanta intimidad, osadía y libertad al punto de que por su causa, el Altísimo libre únicamente a su sobrino y a su familia de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Cuando vivimos esa fe, tenemos derecho a vivir una vida justa en la salud, en la familia, en el trabajo y en todos los sentidos. Al final, tenemos como Padre al “Juez de toda la Tierra”, ¿no es verdad?

¡Dios los bendiga!

Obispo Edir Macedo
www.bispomacedo.com.br/es

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