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Cris no va con las otras

La Palabra de Dios, todo el mundo,

mulher-inFinges que nunca has visto a las famosas ni a las blogueras de moda usarlo. Finges no saber que todo el mundo lo está usando. Finges que nunca lo has visto en ninguna revista de moda ni en ninguna novela o película. Finges que nunca has escuchado hablar qué se está usando, que es la última moda, que es súper fashion.

Entonces pregunto: ¿lo usarías aun así? ¿Te hubiera parecido bonito o adecuado de usar un tiempo atrás?

Es eso lo que vivo preguntándome diariamente cuando me encuentro con alguna moda nueva que, además, ¡es una cosa nueva DIARIAMENTE!

Yo, simplemente, odio ser igual a todo el mundo. Ya no me gustaba tener que usar la misma ropa que mi hermana, no aceptaba ni siquiera usarla en un color diferente… Para usar una cosa que vi que otra persona usaba es porque me gustó demasiada, es decir, ¡realmente demasiado! Y aun así, le doy mi propio estilo, cambio algunas cositas aquí y allá, solo para que no quede igual, solo para ser diferente. Nunca fui “María va con las otras” (como se dice en Brasil). Lo que más hay es moda y tendencia que yo, simplemente, desprecio… Llego a hacer cara fea cuando veo referencia a ellas…
Pregúntame si me siento menos moderna por eso.

Es por eso que me identifico con las mujeres en la Biblia que no hicieron lo que todas las otras en sus épocas hicieron. Mujeres que se atrevieron a ser diferentes. No fueron por lo que era “esperado” de ellas. No dejaron que sus destinos fueran decididos por “tradiciones y costumbres” de la época. ¿Y sabes que es lo mejor de sus historias? ¡Es que sus historias son mencionadas en la Palabra de Dios!

Entre tantos otros millares de mujeres buenas y fieles, pocas sobresalieron y, seguramente, no fue porque eran buenas y fieles.

Ya en la genealogía del Señor Jesús, te encuentras con algunas: Tamar, Rahab y Rut. Gracioso que ni Sara, ni Rebeca, ni Lea son mencionadas.

¿Por qué será, eh?

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