Construir altares

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Abraham era un gran hombre; solo Jesús pudo combatirlo en su importancia.

¿Por qué?

Porque antes de que su nombre cambiara a Abraham, él ya estaba acostumbrado a construir altares, a pesar del hecho de que sus sacrificios no traían ningún resultado porque sacrificaba a dioses paganos.

Muchas personas no se quedan en la iglesia debido al altar. Cuando se les presenta, no quieren tener nada que ver. Se olvidan de que han estado sacrificando desde que nacieron.

Todos tenemos que construir altares todos los días. Cuando dejas tu casa para ir a trabajar, estás construyendo un altar. O ¿te levantas a las 6 de la mañana todas los días, sonriendo y feliz de dejar tu cama? Es el primer altar que construyes cada mañana, y sacrificas para ir a trabajar.

Abraham construyó cuatro altares:

1º—el altar de la promesa:
Cuando recibió la promesa, construyó un altar para asegurarse de que se cumpliría en su vida. Conquistar

2º—el altar de la intimidad:
Abraham llegó a conocer al Señor como más que el Dios de toda la creación y de poder. Él se familiarizó con el Señor, por lo que comenzó a desarrollar su relación con Dios.

3º—el altar del sin regreso:
Abraham construyó un altar de restauración para reconstruir su compromiso pasado. El temía por su vida. Estaba tan avergonzado de sus debilidades que construyó un altar para pedirle perdón a Dios y para renovar su voto.

4º—el altar de la posesión:
¡Abraham se apoderó de todo!

No tengas miedo del altar. Es ahí donde necesitas ir cuando quieres resolver un problema. Abraham fue de altar en altar y vio resultados. Y si el Dios de Abraham es nuestro Dios, entonces veremos resultados.

Que Dios te bendiga.

Ob Randal Brito