buscar al Señor, pensamientos de Dios, todos los beneficios,
“Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca.” (Isaías 55:6)
Dios es un Dios de muchas oportunidades. Depende de nosotros de aprovechar las oportunidades que Él nos da. Aprendimos que tenemos que buscar al Señor mientras lo podamos encontrar. Entonces, tenemos toda una vida para ir a Él, es el único momento que podemos estar seguros de que Él nos de esa oportunidad.
“Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar.” (Isaías 55:7)
Dios nos ama como somos, pero Él no acepta que nos separemos de él debido a nuestros caminos equivocados.
Hemos sido creados para obedecer a Dios totalmente y para ser remunerados por nuestra obediencia. Cuando obedecemos, tenemos derecho a todos los beneficios que Él nos da.
Dios llama al malo para que se arrepienta, lo cual, es el proceso de conversión, y depende tan solo de nosotros. Es un gran sacrificio, pero las consecuencias son maravillosas. Cuando caminamos en Sus caminos, todo lo que Él ha prometido se hace realidad en nuestras vidas. Nadie se puede convertir sin estar dispuesto a sacrificar.
‘“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos” —declara el Señor. “Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”’ (Isaías 55:8,9)
Después de convertirnos a Dios, el próximo paso es alinear nuestros pensamientos con los de Él. Somos la única creación que tiene el privilegio y el poder de pensar. Muchas personas piensan menos. Por ejemplo, dependen de los mensajes de la reunión y no meditan en la Biblia.
La Biblia contiene los pensamientos de Dios. La razón por la que las personas son débiles en su mente es porque sus pensamientos no se asocian con los de Dios.
“Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelven allá sino que riegan la tierra, haciéndola producir y germinar, dando semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié.” (Isaías 55:10,11)
Las palabras de Dios nunca regresan a Él sin cumplir Su propósito. Aquellos que siguen el proceso de búsqueda y conversión disfrutan de una vida de calidad. Sin embargo, aquellos que no, siempre vivirán una vida dando vueltas sin llegar nunca a donde quieren llegar.
Bishop Randal Brito
bishop@uckg.org
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