Diciembre ya ha llegado y trae consigo la actividad bulliciosa que suele marcar el fin del año. La temporada festiva provoca un aumento en el comercio minorista, que incita a los consumidores a comprar con rebajas, nuevos productos, música alegre y el atractivo de las decoraciones navideñas y los envoltorios de regalos, todo lo cual envía una señal clara a tu cerebro: es hora de gastar sin culpa.
Con tantos incentivos tentadores, es fácil pasar por alto un detalle crítico: ¿quién pagará la cuenta?
Es esencial ser cauteloso en medio de toda esta emoción, especialmente cuando nos acercamos a un momento en el que a menudo nos sentimos agotados y tentados a darnos un capricho. Sin embargo, es importante recordar que el año nuevo está a la vuelta de la esquina y trae consigo gastos adicionales. Organizar tus finanzas ahora puede ayudarte a asegurar un comienzo más tranquilo en 2025.
Junto con el marketing omnipresente durante esta época, los factores emocionales también pueden conducir a compras impulsivas. Comprar un artículo a menudo brinda placer inmediato, convirtiendo un mero objeto de deseo en una realidad. Esta sensación afecta al cerebro, incitándolo a buscar estímulos similares, lo que puede resultar en un mayor gasto para quienes carecen de autocontrol.
Recibir un trato amable en una tienda y sentirse feliz al realizar una compra son estrategias que muchas personas utilizan para llenar un vacío interior. “Los sentimientos de soledad, dependencia, abandono y escasez pueden desencadenar compras impulsivas como forma de gratificación, pero esto puede derivar en otros problemas, como la ansiedad”, explica la psicóloga Cássia Nunes Alves.
Así como es imposible llenar un vacío interior o resolver problemas emocionales a través de las compras, también es inútil comprar afecto con regalos. “Vale la pena reflexionar sobre si el esfuerzo por agradar a alguien es genuino o simplemente un intento de ganar admiración o aceptación”, añade Cássia.
Otro factor común que impulsa el comportamiento de compra es la comparación. En una era de exposición constante en las redes sociales, es fácil envidiar las vidas que vemos online. Sin embargo, las vidas de los influencers a menudo están patrocinadas (y no siempre son genuinas). Esta comparación puede provocar envidia, y los intentos de emular la realidad de otra persona pueden llevar a un ciclo de insatisfacción con lo que se tiene y a un aumento de la deuda.
En este contexto, la autorreflexión es crucial. Pregúntate: ¿Son necesarias estas compras? ¿Por qué siento la necesidad de comprar durante este período? ¿Puedo permitírmelo?
La Iglesia Universal lleva a cabo la reunión Prosperidad con Dios todos los lunes, donde puedes aprender a usar la razón en lugar de la emoción para administrar tus finanzas. Después de todo, las buenas decisiones surgen cuando las prioridades están en el orden correcto, y la voluntad de Dios debe ocupar el primer lugar en nuestras vidas. Únete a nosotros todos los lunes en la Catedral de los Milagros o en tu Iglesia Universal más cercana a las 19:30h (también a las 7h, 12h y 16:30h).
Evento: Prosperidad con Dios
Fecha y hora: lunes a las 19:30h (también a las 7h, 12h y 16:30h)
Ubicación: En la Iglesia Universal