En ese momento,
No podemos vivir por ánimo ni por desánimo. Vivir así da como resultado una vida de altos y bajos – más bajos que altos, en realidad.
¿Cuántas veces no te sentiste con ánimo de levantarte por la mañana para ir trabajar, para ir a la escuela, etc. – pero fuiste? En ese momento, venciste tu desánimo y actuaste de todos modos. Fuiste porque tenías que ir, tenías que hacerlo, si no… pagarías las consecuencias.
Ignora tu desánimo y simplemente haz lo que tienes que hacer. El ánimo suele venir inmediatamente. Pero si no viene, aprende a seguir adelante sin él.
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