clamar a Dios, God, todo el tiempo,
Nosotros, en el Centro de Ayuda, creemos en ambos: ayudarte a ti mismo y recibir ayuda de lo Alto. Dios solo puede ayudarte cuando te ayudas a ti mismo; cuando haces tu parte. Él no trabaja por sí solo. Él trabaja con lo que haces para que no ores cuando tienes que actuar y no actúes cuando tienes que orar.
Ayudarte a ti mismo es no esperar que nadie haga lo que es tu responsabilidad. De nada sirve preguntar por qué eso o aquello no ha sucedido aun cuando ni siquiera has hecho tu parte.
Pero la autoayuda tiene un límite: el límite eres tu mismo. La autoayuda termina cuando no hay nada más que puedas hacer. Es ahí que comienza la ayuda de lo Alto. Si llegaste al punto en el que no hay nada más que puedas hacer, entonces es hora de clamar a Dios con fe. Ahí donde estás, o en la habitación más cercana puedes derramar tus miedos, ansiedades y dudas. Hazle tu pedido, con fe.
Dicho esto, aquí está lo que puedes hacer:
Pídele en oración a Dios por cualquier área de tu vida que haya una necesidad urgente.
Sé específico en lo que pides; escríbelo en un papel y llévalo contigo todo el tiempo.
Siempre que dudes échale un vistazo al papel para que mantengas tu fe firme y para que te acuerdes de lo que quieres
Las reuniones de los miércoles, en el Centro de Ayuda UCKG, te animarán a tomar actitudes en vez de lidiar con el sufrimiento.
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