confiar en Dios, en el Facebook, las promesas de Dios,
1. Te desesperas
Al verte en esa situación inmediatamente comienzas a llorar, llamas a una amiga para contarle la mala noticia, actualizas tu estado en el Facebook, alertas a todos sobre tu estado de ánimo en aquel momento. Es normal que reacciones ante un problema inesperado, pero en el caso de la “desesperación” esa reacción persiste. La tristeza da lugar a la angustia, e inmediatamente te deprime, y sólo reclamas y dudas de todo. Las consecuencias surgen rápidamente. Ya no consigues dormir bien, comienzas a tomar calmantes para poder trabajar, pierdes el apetito o comes descontroladamente, y muchos otros problemas comienzan a surgir debido a la primera reacción de desesperación.
2. Entregas todo en las manos de Dios
En cuanto recibes una información negativa, te entristeces, pero luego oras y piensas: “No sé como resolver ese problema, entonces se lo voy a entregar a Dios y espero a que Él lo resuelva por mí.” “Él está viendo todo lo que estoy pasando, seguro que hará algo.” Y piensas en lo que Él quisiera que hagas, como una buena cristiana, como demostración de confianza pero eso no es nada más que una pereza disfrazada.
Ya pasé por eso, hablo por experiencia propia. Pensaba que el problema estaba fuera de mi alcance y que todo lo que podía hacer era confiar y Dios me sacaría de aquella situación. Pero incluso cuando tenemos derecho a algo por la ley necesitamos recurrir a ella para obtener resultados. Las promesas de Dios funcionan así. Siempre que tenemos esa reacción es como si tuviéramos pereza de poner en práctica nuestra fe.
La única reacción que realmente trae solución para los problemas es esta:
3. Actúa de forma inteligente
Te pones triste, molesta, en algunos casos hasta perpleja, sin embargo, es sólo por un momento, pues inmediatamente pones tu fe en práctica, pensando: “Vale, yo no voy a dejar eso así. Voy a luchar, no voy a desistir, voy a buscar maneras de cambiar esto.” Infelizmente, poquísimas personas tienen esta reacción.
Si quieres conquistar, enfréntate al problema. No puedes desistir de tus objetivos, ni ser sentimental con cada dificultad. Confiar en Dios es creer que Él va por delante. ¡Pero para eso necesitas seguir adelante!
Cristiane Cardoso
www.cristianecardoso.com/es
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