La Santa cena de Purificación

agrada a Dios, desobedecer a Dios, falta de temor,

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¿Cómo pudo haber ocurrido esto? ¡No lo puedo entender! Hemos derrotado enemigos fuertes sólo para ser derrotados por un ejército débil. ¿Por qué Dios, por qué?

Supongo que esto fue lo que Josué sintió después de haber vencido la batalla contra Jericó y luego perder contra Hai. (Lee Josué capítulos 6 y 7)

¿Qué sucedió? ¿Qué salió mal?

Es simple. Había pecados escondidos.

Acán decidió desobedecer a Dios y tomar para sí algunas de las cosas malditas.

Nadie lo había visto, pero Dios sí lo vio, y le dijo a Josué “¡La destrucción está en medio de ti, Israel! No podrás resistir a tus enemigos hasta que hayas quitado el oprobio que está en el pueblo.”

De la misma manera, las personas que guardan lo que ha sido condenado, no tienen la fuerza para superar las dificultades del día a día, lo cual acaba previniéndoles de actuar por la fe.

Pecados escondidos, desobediencia intencionada, falta de temor en lo que se refiere al diezmo, a los votos y a las ofrendas, resentimientos, rencores…. Esto todo puede estar agotando sus fuerzas.

La única solución que usted tiene para recuperar la fuerza y vencer a sus enemigos es una limpieza espiritual, la cual incluye confesión de sus pecados, arrepentimiento y abandonar lo que no le agrada a Dios.

Únase a nosotros este Domingo para celebrar la Santa Cena de Purificación. Durante esta semana, aproveche para escarbar y sacar todo lo que está escondido bajo su carpa.

No se pierda esta oportunidad porque no sabemos cuando podrá tener otra ni si la volverá a tener algún día.

Dios te bendiga!
Ob Celso Junior

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