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¿Qué nombre le das?

bautizados con el Espíritu Santo, con otra persona, las características de Dios,

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Dios, Señor, Rey, Salvador, Todopoderoso, Santo, El Primero, El Último, El Señor de los Ejércitos, Dios Grandioso…

La gente utiliza estas palabras por todo el mundo cuando claman o cuando se refieren a Dios pero ninguno de estos nombres se compara con el privilegio de poder llamarle “¡Mi Padre!”

¡Solo los que nacieron de Él y tuvieron un encuentro con El pueden llamarle Padre!

Son lo que se dice ‘de tal palo tal astilla’ (con todo el respecto); tienen las características de Dios. Sí, aunque sean pecadores e imperfectos, todavía se parecen al Padre, y esta diferencia destaca ante los demás.

Imagínate que estás caminando por una calle llena de gente y de repente escuchas la voz de tu hijo llamándote “¡Papáaaaa!” o “¡Mamáaaaa!, seguro que reconoces su voz entre tanta gente hablando al mismo tiempo ¿verdad?

Luego pararías, mirarías a tu alrededor y esperarías por (o correrías hacia) tu hijo.

¿Pero harías lo mismo si otro niño gritara “papá” o “mamá”? ¡No! Lo máximo que harías sería darte la vuelta para ver si alguien está en peligro o por si te confundieron con otra persona.

Ahora imagínate cómo reacciona Dios cuando escucha la voz de uno de Sus hijos diciendo “¡Mi Padre!”!

Es el milagro más maravilloso y más importante que jamás puedas recibir en tu vida, el privilegio de ser Su hijo (nacido de Dios); pero para que esto suceda, debe haber una entrega total.

¡Es todo lo que tienes a cambio de todo lo que tiene Dios! Esto no es ni justo, ¿verdad? Lo que nosotros tenemos para ofrecerle no es nada comparado con lo que Él tiene para ofrecernos a nosotros, el cual es el privilegio de llamarle Padre y de pasar la eternidad con El. ¡Ah, qué día!

Este domingo que viene, el Obispo Macedo estará en la cima del Monte Hermón ministrando el derramamiento del Espíritu Santo sobre todos aquellos que QUIEREN que Dios sea Su Padre, y sobre todos aquellos que ya han sido bautizados con el Espíritu Santo y no quieren quedarse huérfanos. ¡Ah, qué día!

¡Prepara tu alma, prepara tu corazón, prepara tu sacrificio!

El domingo, le llamarás ¡PADRE!

“…pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días.” Hechos 1:5

Que Dios te bendiga.

Ob Celso Junior

 

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