Comunión con Dios, intimidad con Dios, Juan el Bautista, la verdadera libertad interior, nacido de Dios,
“E irá delante de El en el espíritu y poder de Elías PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.” (Lc. 1:17)
Está claro lo siguiente: Cuando la persona es movida por el Espíritu Santo, no espera que nadie la oriente para tomar actitudes. El propio Dios, a través del Espíritu Santo, define en su interior objetivos concretos
No tiene la necesidad de oír cualquier otra afirmación. A partir de ese momento, ya no se permite quedarse de la misma forma; siempre ve la necesidad de ir adelante, basada en una dirección concreta.
Hay muchas personas que, aunque están dentro de la Iglesia, no tienen ninguna dirección. Incluso, se disculpan con la ausencia de Dios en sus vidas, cuando en realidad, lo que les falta ¡es definición y actitud!
Esperan que Dios venga sobre sus vidas, cuando ellas mismas no se acercan a Dios.
¡El Espíritu Santo actúa de acuerdo a mi actitud!
Incluso para el bautizado, el Espíritu Santo continua dependiente de la osadía e indignación de cada uno. Porque si estuviésemos acomodadas, no tendremos dirección; no oiremos la voz de Dios y continuaremos perdidas en quehaceres, sin ningún objetivo concreto.
Tú que me oyes, tal vez seas bautizada con el Espíritu Santo, o sierva, pero no sabes lo que debes hacer en la Iglesia, en casa, en el trabajo, en el seno familiar… ¡No sabes lo que Dios quiere de ti!
Cuando se es bautizado con el Espíritu Santo, existe una cobranza de resultados; frutos del poder que tenemos. Si lo poseemos, no podemos limitarnos a no hacer uso del mismo. ¡¿Qué Espíritu Santo es este?!
Muchas personas, incluso creyendo en Dios y siendo bautizadas, se conforman en no revelar poder con su fe. ¡No son definidas!
Nos damos cuenta que Juan el Bautista, ya siendo sellado desde el vientre materno, cuando entró en acción, tenía un objetivo definido. No paraba para orar: “Oh Dios, muéstrame que debo hacer…” ¡No!
¿Tu no dices creer en Dios, y poseerlo? Entonces, ¿dónde está ese poder y los resultados de la creencia que afirmas tener?
Es fácil decir para si misma, que eres bautizada con el Espíritu Santo, ¡pero hay que demostrarlo con hechos! Por los frutos se conoce el árbol, y qué tipo de persona eres…
Si tienes el Espíritu Santo, tiene que haber poder, iniciativa, objetivo. No puedes ser una persona desorientada.
Todos tenemos imperfecciones, pero hay una verdad incontestable: ¡El nacido de Dios detecta el problema y lo resuelve! Vence al mundo, combatiendo sus propios sentimientos.
Y el bautizado con el Espíritu Santo, va mucho más allá: Manifiesta el poder de Dios en cualquier circunstancia.
“…para volver el corazón de los padres a los hijos, el de los desobedientes a la prudencia de los justos”…
Juan servía a Dios, no tenía apenas el objetivo de ser exitoso.
Quien es bautizado con el Espíritu Santo, obviamente que desea tener éxito; ¡pero eso no le limita! Quien es bautizado, tiene el propio Dios dentro de si. Cómo Imaginando esto, continuas siendo una persona egoísta, preocupada únicamente en tu “mundillo”.
Hay personas oyéndonos ahora que evalúan su estado, y se dan cuenta en la debilidad de su fe, así como de su propia vida. Tal vez hasta seas bautizada con el Espíritu Santo, pero dejas que tus deseos predominen.
¿Y que va a hacer el Espíritu Santo? ¡Respetar!
Pero, tarde o temprano, el Espíritu Santo dejará de hacer parte de tu vida, porque no Le has dado la debida importancia.
Entonces, amiga, ¡piénsalo bien! En estos 21 días tendrás la oportunidad de rehacer tu intimidad con Dios. Reevaluar los objetivos de tu vida, que tal vez estén sirviendo como una distracción.
Vives para trabajar – y siempre tendrás qué hacer – pero no das prioridad a tu comunión con Dios. Pero Él, te valora. Por eso, aquello que Le importa, es exclusivamente tú, incluso antes de haber hecho algo para Él.
Entonces, siendo tu cuidada, y teniendo intimidad y comunión; diálogo y experiencias con Él, estés donde estés, eleva tu pensamiento y ten con Dios una firme relación seria.
La persona que teme, se esmera por su Salvación.
Todas las personas nacidas de Dios, cuidan de lo más importante, que es su Salvación, porque comprenden el valor de aquello que recibieron. Y esto no es por obligación, o en función de un título.
Paralelamente, todas las personas bautizadas con el Espíritu Santo, son, naturalmente, movidas para ganar almas.
Hablar en lenguas, hasta el diablo puede imitarlo, pero la prueba, los hechos, es lo que identifica si tú, realmente, eres bautizada con el Espíritu Santo.
Viviane Freitas
Vive actualmente en Portugal, desarrollando el trabajo misionario en el Continente Europeo, al lado de su marido, Obispo Julio Freitas.
Es responsable por el Godllywood en toda Europa, así como motivadora de diversos proyectos que promueven el valor de la mujer. Presentó el programa “Cosas de Mujer”, en la Record Europa, y continua trabajando, de cerca, y activamente en el valor del papel femenino, a través de Palestras de motivación, del Blog y radio.
Impulsó la “Cuarentena” y, más recientemente, los “21 Días”, dando a las participantes, la oportunidad de experimentar la verdadera libertad interior, a través de una Fe racional.
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