delante de Dios, en este exacto momento, un Dios vivo, vivir por la fe,
“Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, que tenía por mujer una de las hijas de Aarón que se llamaba Elisabet.
Ambos eran justos delante de Dios, y se conducían intachablemente en todos los mandamientos y preceptos del Señor.
No tenían hijos, porque Elisabet era estéril, y ambos eran de edad avanzada.” (Lc.1:5-7)
Zacarías, aunque era un hombre justo delante de Dios y viviendo irreprensiblemente, al igual que su esposa, tenían un problema: No podían tener hijos, por causa de la esterilidad de Isabel.
Siendo un sacerdote y predicando a un Dios vivo, aún así convivía con esa situación…
Pero hay algo muy interesante que la mayoría de las personas no comprenden, y hasta lo juzgarían de forma equivocada: El hecho de Isabel no tener hijos, no la hace “culpable” o “débil”.
Si fuese así, la Biblia no se referiría que ambos eran justos delante de Dios.
Y, ¿qué es ser justo?
¡Es vivir por la fe!
No existe un ser humano que sea perfecto en todos los preceptos de Dios, pero existen aquellos que “razonan”; usan su fe inteligente.
Y estos son los que se vuelven “justos”.
Aunque el matrimonio estuviese pasando por ese problema, no eran influenciados negativamente; su fe no se quedaba “débil” ¡Por lo contrario”! Ambos eran justos y vivían irreprensiblemente.
¿Ya te has parado para pensar? ¿Un sacerdote sin hijos? Y el pueblo, sabiendo eso… ¿No sería una vergüenza?
¡Pero esta nunca fue la preocupación de ellos!
Vivir por la fe no tiene nada que ver con lo que sientes o con aquello que los otros piensan.
El vivir por la fe, es ser “justo”; y “arrancar” los sentimientos; detectar aquello que nos separa de Dios y cortar definitivamente por la raíz. No aceptar el celebre pensamiento: “Yo soy así…”.
Es vivir irreprensiblemente, sin depender de las circunstancias, pero hacer con que las circunstancias se vuelvan beneficiosas para su propia fe.
“La boca habla de lo que está llena el corazón”
Presta atención… ¿Tus palabras son negativas? ¿Reclamas constantemente? ¿Ves con malos ojos las circunstancias? ¿Blasfemas contra todo y todos? ¡¿Muestras ira, juzgando a las personas por sus fracasos personales?!
Pero el justo no es así… ¡Es independiente! No vive por la fe de los demás, sino basado en su fe; en su propia creencia en Dios
En ningún momento de estos pasajes bíblicos vemos a Zacarías y a Isabel murmurando; tristes o cabizbajos, en función de su problema. Por lo contrario: Vemos la exaltación, porque no se dejaban llevar por las circunstancias ni se entregaban al dolor. Confiaron en lo que es justo; ¡se entregaron a Dios y al poder que Él tiene!
Y lo mismo sucede hoy: Esto no es una historia del pasado; es tan verídico ayer como lo podría ser hoy con nosotros, en este exacto momento. Y tu escoges, a partir del instante que piensas y reflexionas en la condición interior en que te encuentras.
¡Evalúa tu propia vida!
Si actúas basada en la verdad, vas a encarar la Verdad, pero si actúas por la emoción, apenas supondrás que esto ya hace parte de ti.
¡Piensa! Porque lo que Dios quiere hacer en tu vida, es que evoluciones como deberías. Si esto no está ocurriendo, es porque dejas mucho que desear en tu fe.
Si te debilitas delante de las circunstancias; ante tu amigo, compañero de guerra, colega, en casa, en el trabajo… Debes evaluarte, a los ojos de lo que la Palabra de Dios orienta.
Existe la posibilidad de hacerse justa, a partir del momento en que piensas… y cortas el mal por la raíz.
No pierdas el tiempo… Hoy, ahora mismo, ¡es el momento!
Vivi Freitas
www.vivifreitas.me/es
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