al control de todo, conversar con Dios, cuando conversamos con Dios, el pasaje bíblico, visión de una salida,
Quién nunca se preocupó con nada que tire la primera piedra. Las preocupaciones llegan sin pedir ningún tipo de permiso, sin la menor formalidad. Al abrir nuestros ojos por la mañana ya nos bombardean. Parece imposible librarnos de ellas. Solo parece.
Existen 3 actitudes que pueden ayudarnos a vencer aquella inquietud interior que sucede cuando estamos preocupados con algo, y ellas están descriptas en el pasaje bíblico citado debajo, en la carta a los Filipenses escrita por el apóstol Pablo:
“Por nada os inquietéis, sino que sean presentadas vuestras peticiones delante de Dios mediante oración y ruego con acción de gracias…” Filipenses 4.6
Primera actitud: Oración
Orar es conversar con Dios. Le contamos a todos a nuestro alrededor los problemas que nos suceden – a veces hasta murmurando –, como si estuviésemos buscando ardientemente la comprensión de las personas, la piedad de ellas. Pero no tenemos la misma conversación con nuestro Creador. La preocupación nos hace tener la impresión de que el problema es mayor de lo que es en realidad, nos saca la visión de una salida, de una solución. Sin embargo, cuando conversamos con Dios, nuestra mente se expande y logramos ver qué hacer para resolverlo.
Segunda actitud: Ruego
Pero hay problemas que surgen en los que no hay nada más que podamos hacer, ni a quién recurrir aquí en la Tierra. Es en ese momento que golpea la desesperación, y es allí que la súplica entra en acción. Suplicar es pedir insistentemente y de manera humilde un gran favor. ¿Y a quién mejor podríamos rendir nuestra súplica sino a Dios, que no resiste a los de humilde corazón?
Tercera actitud: Acción de gracias
La tercera actitud es actuar en agradecimiento a lo que Dios hará, aún antes de verlo. Es decir: una acción que demuestre su confianza en Él. Cuando usted confía, ¿Qué es lo que sucede? Usted deja de preocuparse con eso. Cuando viene aquel pensamiento, usted inmediatamente decide no fijar su mente en él porque confía que Dios está al control de todo. En ese momento el problema pierde el poder que estaba teniendo sobre usted.
¿Qué le parece, si además de tomar estas 3 actitudes, usted comparte este mensaje en sus redes sociales? Debe haber mucha gente preocupada necesitando aprender esto también.
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