Lucas

Desde muy joven asistí a la Iglesia Universal con mi familia en Portugal, pero nunca me comprometí realmente con Dios. Durante me adolescencia, me involucré con las personas equivocadas, comencé a beber y a tener relaciones casuales. Finalmente, dejé de asistir a la iglesia por completo.

IMAGE 2025 02 26 110253Me dejé llevar por los placeres mundanos, salía, me quedaba hasta tarde, y mi madre se preocupaba y oraba por mí. Como hijo mayor, siempre me recordaba que debía ser un buen ejemplo para mis hermanos menores, pero no lo hacía. A menudo los dejaba en casa mientras you salía, lo que la irritaba aún más. Beber se convirtió en un hábito diario, y no regresaba hasta estar lo suficientemente sobrio. También me volví un mujeriego, persiguiendo a cualquier chica sin importar sus situación.

Mi madre era trabajadora y ayudaba en la iglesia, y a veces yo regresaba de las fiestas cuando ella salía en uniforme. Me importaba más encajar con mis amigos que cualquier otra cosa. Cuando no tenía suficiente dinero, robaba de su bolso y luego de las tiendas. Es vergonzoso pensar en todo esto ahora, pero la presión de mis compañeros me cegó. Yo era pendenciero y a menudo me involucraba con la policía.

Tenía amigos del Reino Unido que venían a Portugal de vacaciones y parecían tenerlo todo, y yo también quería eso, así que me mudé allí. Continué con mi antiguo estilo de vida, pero pronto sentí que faltaba algo. Decidí regresar a la Iglesia Universal y, poco a poco, las cosas empezaron a cambiar.

No fue algo inmediato, pero con el tiempo me di cuenta de que las cosas que antes me gustaban, ahora me hacían sentir incómodo. Me concentré en las reuniones, reflexioné en la Palabra de Dios y dejé de lado los hábitos negativos.

Fue la mejor decisión que pude haber tomado, porque ahora sé que Dios está conmigo y tener Su presencia cambió mi vida. Hoy entiendo mi propósito en la vida. Estoy libre de esos viejos hábitos, soy feliz y ayudo a otros que están pasando por las mismas luchas que yo enfrenté. También tengo una relación bendecida con mi familia y las oraciones de mi madre para que su hijo mayor fuera un buen ejemplo fueron respondidas”. –Lucas Costa