He estado orando, ayunando, buscando y alabando a Dios… he estado haciendo todo lo que me han enseñado. Entonces, ¿por qué no he sido bautizado con el Espíritu de Dios?
La respuesta a esta pregunta requiere que hagas un autoanálisis profundo y sincero, que mires profundamente dentro y dentro de tu fe:
- Vivir en el pasado, culpando a lo que pasó en tu pasado, usándolo como excusa para todo lo que sucede en tu presente.
- No puedes perdonar a alguien por algo que te ha dicho o hecho.
- No priorizas lo más importante, es decir, Dios. Siempre tienes a alguien o algo más en primer lugar.
- Tú haces todo a tu manera, no importa cuantas veces digas que escucharás lo que dicen los hombres de Dios. Siempre terminas haciendo las cosas según tu propia voluntad.
- Vives centrado sólo en ti mismo. Sólo vives y luchas por lo que te satisfará.
- No eres un buen ejemplo para los demás, ya sea en casa, en el trabajo o entre amigos, porque no aplicas lo que aprendes en el Centro de ayuda.
¿Puedes identificarte con alguno de estos? Si dices “sí”, el Ayuno de Daniel puede ser justo lo que necesitas. Haz clic aquí para saber cómo participar.