Para entender los tres pasos necesarios para recibir el Espíritu Santo, meditemos en la declaración de Pedro a los primeros conversos después de la venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés: “Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos? Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:37-38)

Permítanme resaltar la importancia del “¿qué debo hacer?”, pregunta cuando alguien acepta el mensaje de Jesús. Esta pregunta muestra la intensidad de esa entrega y abre la puerta a la siguiente etapa, el arrepentimiento.

1. El arrepentimiento es un sentimiento profundo de tristeza o arrepentimiento por los errores cometidos. Implica lo siguiente:

a) Un pecador tiene que reconocer su pecado. Este es el primer y más importante paso hacia el arrepentimiento sincero. Nadie puede arrepentirse de lo que no ha reconocido. b) Un pecador tiene que odiar el pecado. Si una persona no odia el pecado, sin duda volverá a pecar y eventualmente se acostumbrará a él. c) El pecador debe abandonar su pecado. Si una persona no le da inmediatamente la espalda al pecado, nunca podrá abandonarlo. Por ejemplo, cuando una persona acepta invitaciones para pasar tiempo con personas que no comparten su fe, a menudo cederá ante sus intentos de persuadirlo a hacer lo que está mal. d) Un pecador tiene que olvidar completamente su pecado, tratándolo como si nunca hubiera sucedido.

2. La siguiente etapa después del arrepentimiento es el Bautismo en las Aguas. Este es un punto de inflexión para aquellos que realmente quieren comenzar una nueva vida con el Señor Jesús.

Después de Su resurrección, el Señor Jesús enseñó a los discípulos acerca de su importancia dándoles un mandato claro: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado.” (Marcos 16:15-16)

El significado del Bautismo en las Aguas: De la misma manera que una ceremonia de entierro significa que el último vínculo entre un hombre y su vida terrenal ha sido cortado, el bautismo en las aguas es una declaración pública de que un creyente está rompiendo todos los vínculos con su vida natural. Nuestro yo interior muere y el pecado ya no tiene dominio sobre nosotros.

3. La última etapa es el Bautismo del Espíritu Santo. El bautismo del Espíritu Santo es un término usado para describir la plenitud de Dios que habita dentro de una persona. Sin embargo, para que esto ocurra, hay pasos que se deben seguir.

• Nadie echa agua limpia en un vaso sucio. Asimismo, a una persona no se le puede dar el Espíritu Santo cuando hay otros espíritus morando en su cuerpo, como el espíritu de envidia, disensión, ira, avaricia, cotilleo, etc.

• A nadie se le da el Espíritu de Dios mientras guarde rencor a otra persona. El mayor perdón de Dios sólo se puede disfrutar después de que la persona haya perdonado sinceramente a quienes le hicieron daño. Sólo entonces el Espíritu Santo encontrará un lugar para morar en su corazón.

A ningún mentiroso se le da el Espíritu de la Verdad. Nuestro sí debe ser “sí” y nuestro no, “no”. Tenemos que decir la verdad, porque es nuestra sinceridad la que nos mantiene limpios.

  • A nadie se le puede dar el Espíritu Santo mientras todavía esté apegado a las cosas de este mundo.
  • Cuando buscas el bautismo del Espíritu Santo, no puedes permitir que nada te acuse ante Dios. Si algo os acusa, debéis confesarlo inmediatamente al Señor Jesús y pedirle perdón.
  • No debes pensar en tu familia, tus cuentas, en ti mismo ni en ninguna otra cosa cuando buscas el Espíritu Santo. En lugar de hacer una oración silenciosa en tu mente, debes adorar al Señor Jesús con tu boca, diciéndole que lo amas, que Él es la Persona más importante en tu vida y que estás listo para hacer Su santa voluntad. No detengas tu adoración para pedir nada más, como sanidad o liberación. Oblígate a seguir alabandolo y recuerda hacerlo en voz alta, con tus labios.
  • Si sientes que algo intenta distraerte, debes saber que estás a punto de recibir el bautismo en el Espíritu Santo. Obviamente, el diablo hará todo lo posible para desviar tu atención y hacerte perder esta gran bendición. Continúa alabandolo de todo corazón, sabiendo que Jesús recibe tu alabanza como un dulce perfume. De hecho, Dios se alimenta de nuestra alabanza.
  • De repente sentirás una alegría que poco a poco va aumentando hasta que todo tu cuerpo se ve invadido por una incomprensible sensación de deleite. ¡En ese momento, serás bautizado y sellado con el Espíritu Santo! Empezarás a hablar un idioma completamente diferente y, aunque no podrás entenderlo, no querrás dejar de hablarlo.

No tengas miedo. El mismo Señor Jesús dijo que si un hijo le pide pan a su padre, no recibirá ni una piedra (Lucas 11: 9-13). De la misma manera, si nosotros que somos hijos de Dios le pedimos el Espíritu Santo, Él no permitirá que entre en nosotros un espíritu diferente.

Cuando una persona es bautizada con el Espíritu Santo, inmediatamente recibe la fuerza vital de Dios, que le permite luchar y vencer cualquier batalla. El Espíritu Santo nos ayuda a sellar cualquier abertura que el diablo pueda usar para entrar y atacarnos. Como resultado, somos plenamente capaces de llevar a cabo la voluntad de Dios.